DE LA HISTORIA CONTEMPORÁNEA
107
Estos fondos, que ascienden en total
á
veinte mil
francos, fueron cargados por la noche, y la joven
Ga–
dard ayudó
á
hacer esta carga. ·
El notario había marcado el itinerario. Llegan á la
posada de un afiliado llamado Luis Chargegrain, ve–
cino del municipio de Littray. A pesar de las precau–
ciones del notario, que salió al encuentro de la expe–
dición , encontraron testigos que .vieron descargar las
alforjas y los sacos que contenían el dinero .
En el momento en que Courceuil é Hiley, disfra–
zados de)nujeres, se ponían de acuerdo, en una plaza
de Alenc;:on, con el señor Pannier, tesorero de los re- .
beldes desde
1
'l94 y adicto
á
Rifoel, para hacer llegar
á manos
~
éste la suma pedida, el terror causado
por los arrestos y pesquisas fué tal, que la dama Le–
chantre, asustada, huyó de noche de la posada en
que estaba, llevando á su hija por caminos extravia–
dos, y abandonando al notario Leveillé, para refu–
giarse en los escondites practicados en el castillo de
Saint-Savin. Los demás cómplices se sienten hos–
tigados por las -iñiSmas alarmas. Courceuil, Boislau–
rier y su pariente Dubut, cambian por oro los mil
francos de escudos en casa de un negociante, y huyen
á Inglaterra por Bretaña.
Al llegar á Saint-Savin, las damas Lechantre
y
Bryond reciben la noticia de la prisión de Bourget, del
cochero y de los prófugos.
Los magistrados, los gendarmes
y
las autoridades
daban golpes
~an
seguros, que pareció urgente sus–
traer á la dama Bryond á las investigaciones de la
justicia, pues era objeto de admiración
y
respeto
para todos aquellos malhechores subyugados por ella.
En su consecuencia, la dama Bryond salió de Saint–
Savin
y
se escondió primero en Alenc;:on, donde sus
fieles partidarios deliberaron
y
acordaron esconderla
en la bodega de Pannier.
·
Llegadas á este estado las cosas, se desarrollan
nuevos incidentes.