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EL REVERSO
como el temible Hiley y el no menos temible Cibot.
En efecto; el día 6, los siete bandidos , conducidos
por Hiley, llegan á casal de los hermanos Chaussard
y pasan allí dos día. El día 8, el jefe se lleva
á
su
gente, diciendo que van
á
tres leguas de distancia, y
manda
á
los dos hermanos que les procuren subsis–
tencias, las cuales les fueron llevadas á una encruci–
jada situada á poca distancia de la aldea. Hiley volvió
solo
á
dormir
á
la posada.
Dos hombres á caballo, que debían ser la dama
"'
Bryond y Rifoel, pues está averiguado que esta se-
ñora acompañaba
á
Rifoel en sus expediciones
á
ca–
ballo disfrazada de hombre, llegan por la noche y
tienen una entrevista con Hiley.
Al día siguiente, Hiley escribe una carta al notario
Leveillé, que fué llevada por uno de los hermanos
Chaussard, el cual volvió inmediatamente con la res–
puesta.
Dos horas después, la dama Bryond y Rifoel vuel–
ven á hablar con Hiley.
De todas estas conferencias y de estas idas y veni–
das, resulta la necesidad de adquirir un hacha para
romper las cajas que encierran el dinero. El notario
acompaña
á
la dama Bryond
á
Saint-Savin, y buscan
allí en vano un hacha. El notario vuelve y
á
mitad de
camino encuentra á Hiley, á quien iba
á
anunciar que •
no habían podido encontrar el hacha que se necesi–
taba.
Hiley vuelve á la posada, pide una cena para diez
personas, é introduce
á
poco
á
los siete bandidos, que
esta vez iban todos armados. Hiley ordena militarmente
que dejen las armas. Se sientan á la mesa, cenan á
toda prisa, é Hiley manda que le procuren alimentos
en abundancia para llevárselos. Después llama
á
parte
á Chaussard el mayor para pedirle un hacha. El po–
sadero, asustado, si se le ha de dar fe, se niega á
dársela. Courceuil y Boislaurier llegan, transcurre la
noche, y aquellos tres hombres la pasaron paseándose