EL MARQUÉS DE .VILLA.GARCÍA.
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un artista nacional trabajaba la estatua ecuestre de
Felipe
V,
que estuvo adornando el puente .de Lima
hasta el gran terremato de 1746. Mas Baltasar, que
así se llamaba el hábil escultor, era tan conocido
por su conducta desarreglada como por sus grandes
obras; y una noche, en que habia vuelto
á
su ta–
ller'· aletargado por el vino, enfermó mortalmente,
de susto, al despertar, tomando por amenazante es–
pectro la efi o·ie de la muerte,
á
que estaba dando la
última mano.
Las bellas artes debian prometerse mayores ade–
lantos, siguiendo de cerca, como es frecuente, la
prosperidad debida al desarrollo de la minería y del
.comercio. Los minerales, que ántes no costeaban,
pudieron explotarse con ventaja desde que el Go–
bierno redujo los
d~rechos
de quinto al décimo en
la plata, y al cinco por ciento en el oro. El cerro de
Paseo. en el que cada dia se <lescubrian más ricas
vetas, iba adquiriendo la antigua nombradía del
ya exhausto Potosí. Hecho cargo del gobierno de
Huancavelica D. Jerónimo de Sola, que para refor–
ma del asiento vino del Consejo de Indias, desterró
abusos seculares y dió buenas ordenanza , que me–
recieron los honores de · la prensa. La poderosa pa–
lanca de la asociacion, que todavía no se babia apli–
cado en grande
á
la industria minera, prometia
grandes resultados con la formacion de una com–
pañía dispuesta
á
emplear en tan costosas labores
grandes capitales.