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.D.
JOSÉ AB.ASCAL.
en los altos. El vencedor, haciendo
se~tir
duramente
su mano vengadora ,
y
h l>iendo extraído cien mil
pesos 19ara ,atisfacer á sus soldados , se avanzó hasta
Arequipa, sin encontrar oposicion séria. En aquella
ciudad se detuvo hasta el 13 de Febrero de 1815,
reparando
"US
fatigas, mejorando el armamento
y
recibiendo importantes refueuzos del vecindario, al
que había exasperado el suplicio infringido por
los alzado al intendente Moscoso
y
al coronel Pi–
coaga-, prisioneros en la Pacheta. La revolucion es–
taba desconcerfada, falta de bu.ena direccion
y
de
los auxilios esperados. Muchos comprometidos del
Cuzco se retraian, ret.irá:idose
á
sus casas
y
haciep–
das; en Tinta se había intentado una contra-revo–
lucion , que fué necesario sofocar con violencia ;
Pumacahua
y
Angulo, en vez de intentar excursio–
nes de provecho, perdían el tiempo en correrías
hácia Lampa
y
Cailloma. El comandante Gonzalez.
enviado por el Virey con unos 120 hombres de Ta·
lavera, babia derrotado
á
Mendoza en
Huan~a
y
Matar' . El pronunciamiento. estallado en Huanca–
velica, creyendo favorable el encuentro de Huan–
ta,
se sofocó en breve al
sa~erse
el desastre.
Ramirezfué, sin vacilar, al encuentro de las fuer–
zas enemigas, que se habían concentrado entre los
pueblos de Ayaviri
y
Pucará, despreciando la inti–
macion d su caudillos para que rindieran las ar–
mas,
y
el 11 de Marzo los alcanzó
á
las orillas del
. río Cupi, en
~l
camino de Humachiri. Tenían una