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D.
JOSÉ
AB.ASC.AL.
en la persecucion de Ramirez, sin misericordia con
todos los jefes del alzami¡.nto. Sólo el indomable
·cura
Muii~cas
pudo
sosten~rse
por algun tiempo en
la provincia de Larecaja, que hoy lleva su nombre.
La fortuna seguia sonriendo
á
los realistas. Oso–
rio habia logrado someter á Chile despues de la vic."
toria de Rancagua. Reforzado Pezuela con los que de–
aquel reino regresaron, y con la tropa de Ramirez
~
pudo salir de la posicionen que se habiaencastillado,
y
obtuvo sobre los argentinos la importante victoria
de Viluma, que les hizo desistir de ·nueyas tenta–
tivas sobre el Alto-Perú. ;El corsario Brown, que.
habia sido enviado al Pacífico por los independien–
tes de Montevideo, cayó ·prisionero en Guayaquil ·
y
sólo debió su salvacion
á
la clemencia del Virey.
Fernando VII, que por la abolici9n de las leyes
li–
berales babia entrado en la plenitud del poder ab–
soluto, .hacia grandes
apre~tos
,para sujetar las co–
lonia . El ejército, mandado por Morillo y recien
llegado de la Península, se enseñoreaba de
C~r
tagena
y
otros pueblos patriotas, imponiendo al vi–
reinato de Santa Fe y
á
Venezuela. El gobierno del
Perú era conferido al vencedor de Viluma, nom-
-
brándose por su sucesor en el mando de aquel ejército
al acreditado D. José Laserna, al que debian secun–
dar otros jefes
y
soldados, engreidos con sus laureles
en la
o
uerra contra el capitan del siglo.
Poco ántes de ser relevado de su encumbrad(}
cargo dió el anciano 'Abascal una señalada prueba