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D. JOAQUIN DE VA PEZUEL4.
€1.iendo confiarse en que un monarca retrógrado
Y.
mal intencionado
adrp.ini~trára
la América confor–
m~
á
sus aspiraciones y !l espíritu
de~
siglo, era
necesario combatir sin tregua por la causa santa de
la patria
y
de la libertad. Los mayores contrastes
no podian hacer. dudoso el triunfo definitivo, cuan–
do de un lado a:pflr,ecüi la monarqnía con toda su
impotencia
y
desaciertos, y · de otro la causa del
Nuevo Mundo r.adiante de porvenir y favorecida por
lo$ climas, por la inmensidad, accidentes
y
recur–
sos del territorio
y
por la decision de sus habitan_
tes. El entusiasmo de los
am~ricanos
se estaba vi–
gorizando con la llegada de muchos ingleses, fran,
ceses , alemanes
y
á
un algunos españoles , que
viendo encadenada la libertad en Europa ·y sumido$
los pueblos en la paz sepulcral del absolutismo, ve–
nian
á
pelear por las doctrinas liberales en un tea–
tro más propicio
á
su plantificacion
y
fecundo des–
arrollo.
Para dará todos los esfuerzos en favor de la eman–
cipacion el concierto y unidad, que son el sello de
todo lo grande , se alzaron , entre la
f
alanj e de los
patriotas, Bolivar y San Martin, como se elevan en–
tre los demas montes las más altas cumbres de los
Andes. Don Simon Bolivar, nacido en Caracas, de
una familia noble
y
rica, habia pasado mucho tiem–
po en la córte de España, cuyo lamentable abati–
miento pudo conocer de cerca por sus distingui–
daf;l relaciones; se inflamó en Francia con los altus