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D. JOSÉ ABASCAL.
sas del mundo, en aquella revolucion habia puesto
.las dos. )) Formada una J Mtta gobernadora, com–
puesta del ilustrado José
~
gulo, P umaeabua , s–
tete
y
Moscoso, dispuso la salida de tre di visiones
para propagar el alzamiento
á
toda las provincia"'.
Mendoza
y
Béjar marcharon sobre Huamanga,
donde el pronunciamiento fué secundado por las
milicias acuarteladas, teniendo que lamentarse al–
gunos excesos . Pinelo
y
Muñecas se diri ieron
á
uno, que ya estaba pronunciado,
y
de allí
á
la
Paz, la que, no obstante
1
e forzada defen a del
.Marqués de Valdehoyos, cayó en su poder. · El in–
cendio casual de hs maniciones, que tenían en el
cuartel, y de cuya explo ion fu ron víctima al–
gunos presos
y
sus guardas, enfureció
á ·
1a irrita–
ble plebe, la que inmoló bárbaramente 57 presun–
tos culp· ble· ejerciendo sobre los cadávere alva-
jes venganza . En direccion de Arequipa s, tlieron
Pumacahua
y
Angulo,
y
el 10 de
·iembre der–
rotaron completamente en la acheta, cerca de
requipa, la reducida fuerza con que l intenden–
te
fo
o o
y
el
1
rigadier Pico a qui
l
ron re-
i irles . Los vencedores entraron en l
iud d,
.que i bien e
t
l a todavía inclio d · 1 bando del
Re , no pudo ménos de a mirar la m d racion de
.aquell hu te. in disciplina, al ve tida des–
pro,,i
t
d r cur o . E ta victori d ter in6 el
pro uncí miento e foque ua
huquih mba,
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y