Table of Contents Table of Contents
Previous Page  418 / 472 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 418 / 472 Next Page
Page Background

400

DI CUI\ O f>l\ELIMl 'AR

habian vi

lo

oprimida por ella, yque la oprimían

á

su vez en el periouo

á

que nos referimos hubiesen desistido de u ardiente enemistad, ni que

los escesos odiosos

y

ridiculos del fanatismo

y

la bipocresia cediesen por

toda partes el puesto al impulso de una piedad ilustrada

y

sincera. No

tardó en dejarse sentir una reaccion de impieaad, de frivola licencia

y

cinismo, pero no pudo penetrar mas allá defas altas y superficiales re–

giones de la sociedad: en medio de los escándalo de la córle

y

de las cla–

se que por su inmediacion

á

ella se bailaban ma propen as al contagio,

Ja lnglat.erra pudo contar muchos cristiano sinceros

y

fervoro os, unos

que habian vuelto al seno de la iglesia anglicana por el recuerdo de los

males

y

de los de órdenes que nacieron de su ruina,

y

otro que e ha–

llaban comprometidos eq medio de la secta desidentes que Ja iglesia

empezó

á

perseguir con ba tante rigor para exaltar su celo, pero no su–

ficiente para herirlas de muerte. La iglesia y las sectas en medio de u

luchas ysus mutua animosidades ejercían entre si una aludable influen–

cia, mantenianse, recordándoselo reciprocamente, en el re pelo de Dio

y

de sus leyes, en el constante pen amiento de lo interese eterno del

hombre

y

en el fenror

y

actividad de la fé.

No faltaron por Jo tanto en la ma a de la poblacion base morale para

la monarquia restablecida

y

esta pudo hallar alrededor del trono, en la

clases ma inmediatas al poder por su género de vida, el apoyo político

que necesitaba.

Dos enemigo temibles, el espiritu de revolucion

y

el espiritu de

reaccion podían únicamente desvirtuar circunsta"ncia tan favorable

comprometer nuevamente el trono.

El espiritu de revolucion obrevivió largo tiempo á su derrota aun

de pues de la época en que fue pue ta en relieve u impotencia. De lo

dos partidos revolucionarios que babian dominado la Inglaterra, esto es,

la república

y

Cromwell, solo este último de apareció tan absolutamente

que lo hijo del protector pudieron mo'rir en paz

y

hasta olvida.dos de su

patria. El partido republicano siguió subsi tiendo, in hacer ninguna

tentativa, sin conservar esperanzas, pero mezclándo e acaloradamente

t3n todas las disensiones, en toda las intrigas contra el gobierno estableci–

do, buscando

y

encontrando ince antemente en la sectas per eguidas,

particularmente en Escocia, ardientes partidario

y

márlire .

Ilasta en lo partido de oposicion legal, e traños

á

totlo recuerdo y

á

todo deseo republicano , conservaron por largo tiempo influencia la

ideas la co lumbre revolucionaria : lo

mas

ilu trado tenian el e piri-