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sonar.
LA l\liVOL CION DE INGLA1'lil\l\A.
59"
en el momento po traro supo su ambicion contener e ; mas al fin e on–
tuvo. La nacion que babia visto su retraimiento,
y
los republicano–
que lo habian motivado, seguían
t
niendo siempre necesidad
y
miedo del
prote tor. Asi es que no por haber fracasado la tentativa de coger la co–
rona perdió el brillo de su siluacion , ni se menoscabó su poder. Mas
adviértase que no por eso dcsi lió de su propó ilo. Andába e ocupand
en reunir un nuevo parlamento con la esperanza de que le ayudara
á
vencer al ejérr.i to, cnmo este le habia anteriormente ayudado
á
vencer
al otro. En estos planes empezó á sentirse oprimido de la mano
á
cuyo
peso debia
á
u vez irremisiblemente humillarse. Ha ia ya tiempo que u
salud estaba quebrantada, cuando acabó de alterar e por di gustos do–
mésticos
y
particularmente por la pérdida de una hija
á
quien profesaha
ingular afecto. De de entonces se le vió caminar rápidamente hácia rn
fin, oponiendo con tantemente la energía de u voluntad. Cromwell n
reia morir, tantos obstáculo felizmente vencido ; tantas tan gr:andc'
obras lle atlas á e.abo, el convencimiento de lo que aun podía ha ·erse
y
la tenacidad de su áaimo le daban, si a i puede de irse, el conven i–
miento de que todavía se hallaba di taute el t rmino de la viua. En el
senode la amistad se le oia decir. «E toy seguro de que no mo1·iré ho ;
e que Dio noquiere que yo muera todavla. n La ProYiuencia habia de -
tinado á Cromwell para dar irrefragable te timonio de Jo que un grande·
hombre puede ó no puede hacer. u mision estaba ya cumplida Con s lo.
sutalento había llegado á -er dueño desu pais,
y
de la revolucion que lc–
habia ayudado á elevar e : permaneció hasta el último in tanta n po e–
sion de toda sugrandeza y exhaló el e píritu gastando en vano su poder
su talento para construir lo que babia derribado, un pal'lamento
y '
un rey.
La nacion durante la anarquia en que por muerte del protector quedt>
sumergida tuvo una de e as raras fortunas de la cuales no es posible
decir coa eguridad si vienen de Dios únicamente, ó si la sabiduría huma–
na puede reclamar tambien alguna parte de ellas. La anarquía no luvo
un desenlace facticio, ni incompleto, ni pre ipitado : todas las ambiciones,
todas la pretensione , todos lo elementos del caos yde Ja lucha polit; a
que romwell había comprimido volvieron
á
presentarse
y
áocupar tumul–
tuo amente el teatro que aquel llenaba on sola su personalidad. u hijo
Ri ardo fue proclamado protector sinoposicion de ningun género , ni aun
por parte de los gabinetes estrangeros. las apenas cojió en u manos las
rienda del gobierno se vió súbitamente rodeado de una
multitud.deoons -