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DISC RSO PREWllNAR
pre vencedor. Cromwell no reinaba en los ánimos como un soberano re–
conocido
y
legitimo : en la cumbre de su grandeza no venia á ser mas en
concepto del público que un poder irresistible pero provisional sin rivale
y
sin porvenir.
Así lo conocia tambien el mismo Cromwell mejor que nadie. Una de
las condiciones de su carácter era el presentarle bajo su verdadero punto
de vista todos los objetos basta los que se referían
á
su propia personali–
dad : nadie ba sido mas ardiente para desear, ni se ha prestado menos
al poder de las ilusiones.
Al derribar la monarqula constitucional había comprendido perfecta–
mente que ese era el úni ogobierno que convenía
á
la na ion, el único
que ofrecía condiciones de estabilidad. Dirigió por lo tanto todo su ardor
y todo su afan incansable en onseguir un parlamento on el cual pudie e
vivir y-gobernar. Cuatro fueron lo que convocó en cinco años: una ez
elegió él mismo de concierto on u oficiale lo miembro que habían
~
componer la asamblea,
decorad~
hipócritamente por el mi mo Crom–
well con
~sa
denominacion; otra vez hizo que la eleccione se verifica–
ran segun la nue ·a forma que el parlamento repuhlicano e tuvo
á
punto
de adoptar cuando fue disuelto; siempre trató esas a amblea enel mo–
mento de su inauguracion con mucha solemnidad
y
de~
rencia ; nunca
dejó de poner en juego artifi ios
y
iolencias inauditas
á
fin de crearse
en ellas una ma orla
y
aun en el mi mo in tanto de disolverlas procuró
manifestar que no renunciaba
á
sus consejos ni
á
sv infinencia.
.Mas semejante empre a por parte de Cromwell era quimérica. Lo
realistas .no entraban en la compo icion de u parlam oto; los presbi–
terianos asi tian
á
él pero en muy pequeño número
olo las diversa
fracciones del partido republicano profundamente dividida
y
llenas d
encono eran las que lo componían en su totalidad . Los partidarios
~
Cromwell eran poco
á
propósito para triunfar por medio de la táctica
parlamentaria
y
la discusion,
y
por el contrario sus enemigos eran muy
diestros en ese género de combate,
y
no e olvidaban de poner en juego
todos los recursos.
Venlase pue
á
encontrar en presencia de unos hombres sinceramente
apa ionados contra la tiranla del que los habia derribado, tenaces en sus
.opiniones
y
en sus in tintos anárquicos,
y
tan incapaces de ser goberna–
-Oos como de gobernar. El mismo protector les daba
á
cada paso armas
J'
nue os mo.tivos de encono, pues al hacerse soberano absoluto no había
aprendido
á
re petar l d re ho, m
á
sufrir resistencia ni contradiccion.