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~OBRE

LA fiE\IOLUCION DE INGLATERl\A. .

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can ancio mas bien que de confianza el destino de su padre. No crein.

por lo tocante

á

su persona posible la repeticion de tan brillantes suceso.

ni e sentia capaz de sobrellevar tan grave pe o. Mas tampoco tenia reso–

lucion para adoptar por lo tocante á tan grandes intere es una resolucion

definitiva. Débil , indeci

'O,

abrumado de dendas,

y

buscando afano a–

mente el porvenir no fue mas que juguete de una fortuna, cuya vanidad

comprendía ,

é

instrumento de unos hombres que no tm ieron tanta cor–

dura como él.

Preciso era llegar al desenlace. Todos los poderes, todas las celebri–

dades que habían hecho la revolucion , ó habían sido creados por ella

estaban ya en caso de haber esperimentado repetidas veces sus fuerzas.

Ningun obstáculo esterior, ninguna resistencia nacional había puesto trabas

á

sus esfuerzos gubernativos. in embargo ninguno babia salido airoso

de la empresa: todos se habían casi destruido mútuamente, apurando en

estériles combates el poco crédito y fuerza que babian podido conservar.

u nulidad aparecía en toda su desnudez y sin embargo seguian conser–

vando en sus manos el destino de la nacion. En esas largas y tristes

alternativas de anarquía

y

despotismo la Inglaterra babia perdido la co -

tumbre

y

el valor de arreglar por si misma sus destinos. Aun existía .el

ejército de Cromwen·que si era incapaz de crear un gobierno, era muy

apropósito para derribar todos los que no le gustaban.

n hombre procedente del ejército, que babia sabido captarse en alto

grado el aprecio yla confianza delos soldados, que sin afiliarse en ningun

partido político había·servido bien al parlamento, al protector y al mis–

mo Ricardo en los primeros instantes de suadvenimiento al poder, Monk

que así se llamaba aquel hombre, presintió cual sería necesariamente

el término de aquella anarquia y se propuso conducir hácia él la can–

sada nave del Estado sin hacerla sufrir nuevos sacudimientos, ni correr

nuevos ríe gos. Nada de grande babia en el carActer de aquel hombre ,

no siendo el buen sentido

y

el valor. Ni la ambicion, ni la necesidad de

la gloria turbaban su ánimo sereno, que estaba lejos de remontarse

á

principio sublimes ni de concebir elevados planes por lo tocante al país,

ni

á

su propia persona. Distinguiase únicamente por suaversion profunda .

al desórden y

á

las iniquidades , que los partidos populares saben cubrir.

bajo magnificas promesas.

umplir mode&ta , pero enérgicamente con sus deberes de militar

y

de ciudadano era toda su ambicion

y

la satisfacía sin ostentacion , abs–

Leniéndo e d declamaciones llegando ha la el puntode ser taciturno para