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De esta manera ha formulado el aq·
tor las conclusiones rle su diRcurso,
tan
naturales
y
axiomáticaEI.
El valor
de el las no está en las verdades que
encierran,
dichas
una
y
mil
veces,
si·
no en
~u
demostración histórica en.
haberlas presentllrlo
tales (l,omo
son:
consecuencias fatales de Ja vida colo–
nial.
La
primera
conclusión á
que
arriha
el autor
e~
q
ae ''
nunitra
vida republi
·
cana''
e
~t.it''
am.plia'l'nenle
justificada
elevándose
á
inmensa altura sobre
la
il.e
wuestrns antepasados''
[
Ll3J.
Leyendo
en el Discurso el resumen de la
vida.
Ci>lonial
qa~
anteef\<le
á
est.a coucln·
sión hay indnrlablemente
que
ast"ntir
con
el doctor Pra<to. [U4].
Felizmente
no
falt.áutei;timonios
su·
torizados de e-a éµoca que inclinan Ja
balanza
á
nuestro
favor.
''El ahuso
del gebierno, el despotismo en los ma·
gistrados
y
jueces suhalternos, el
de·
seo de enriquecer los
quA
tienen algún
empleo
á
nombre del
RPy,
d~cia
Vi·
daurre en 1810,
perjudica más en las
A
rnéricas, que en otras
partes
del orbe
el hambre
y
la guerra.
La. distancia del
troro, la dificultad de l(ls
recu1srn~,
Ja
dependencia necesaria, hacen que
ji·
ma el
pobre, llore el pueblo, se irrite
113
DiscurFo, pá.gina
172..
114 Id,
páginas
169
y
siguientes.