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t6ricos cuya realización queda así ex·
plicada.
Así ha analizado el doctor Prado
el
Gobierno
Oi
vil y
el
Pt.der religio–
so, factores tan
irnport~ntes
de
la so–
ciedad
colonial,
y just.ifica<lo
su
análi·
sis en
presenci~
de
los suce8os
histó
ri~OA.
Ncsotros no
nos
hemos contentado
cun ceta prueba
y
para deBvaLecer to ·
aa·.duda
y
convencernos de que no éra·
mos presa de una ilnsión hemos bns·
cado la verdad pcr otro camino. Co·
mo los factores indicados
y
sus
efectos
están subordinado.
á
un principio su–
perior
y
más ámplio que los abarca por
completo,-la ley
de imitación
de las
razas-hemos
comparado en este estu–
(lio
las
sociedades espafiola
y
colonial
y
la semejanza
encont.rade
ba robuste·
cido el trabajo del doctor Prado.
El habria desvirtuado su obra si sin
avanzar
má9
adelante engolfándose en
consideraciones vagas, hÚbiera altera–
rlo
la
significación
de los hechos para
qne Patán en el Norte.
~i:1f
es que en tod s
los
dfas se 1enovsn
los
batallot1E>s
1
y
siem–
pre quedan reclutas. En cuanto duermen
>tl rat:o,
ó
hacen
largas marchas, se que–
dan todos desertado.... Los tales
cuerpos no
vtt.len un comino.• [Bolivar
á
Tagle el 7
de Enero de 1824 En Me"'
orias
pata
la
historia <le
hu~ ~rmas
españolas en el Perú,
¡;or Camha, to-:no
·~º,
páginas
-no
-11. )