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. el fogoso, corra
á-.snprecipicio el ato–
lon~rado.
Ninguno puede contar con
~us
bieneEi;
~e
forman pleitos sin otro
farirlamento que la protección. El que
no es malo ha de ser perseguido,
y
es
indigpeo~able
entrar en las <'ábalas ge–
nerales para lograr buen éxito en los
negocio8. Ninguna Jey se
ob~erva,
nin–
gún orden se conoce,
y
apenaM asoma
algún buen régimen, cuando desapa·
rece como una ligera ráfaga, no de–
jando ni aun la memoria."
Los Virreyes ''cerrados en su pala–
cio, circundados de aduladores, ador·
mecidos en las comodidaoes que pro·
porciona una renta de
70,000
pesos;
no oyen sino lo qne les di<'e uo asesor
venal, no secretario corrompido,
y
tres 6
~uatro
parásitos, viles intér–
pretes de sus placeres. L'l policía en
abandono, las milicias en olvido, los
tribunales de justicia sin temor de
ser visitados, las rentas públicas en
unas manos que entre sí Jas reparten
y
consumen, las comunidades religiosas
convertidas en serrallos de maldad
y
prostitución, los matrimonios separa ·
dos, autorizados los juegos públicos,
y
cada individuo legislador de si mis–
mo, con t3l que tenga facultades para
sostenerse en sus crimenes. '' [115].
115 Plan del Perei, defectos del gobierno
e!panol antiguo, necesarias teformas. O·