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«La Revolución luego
la
Jnaependencia.
Americana. fueron hechos necesarios,ine–
hidióles,
después de la Revolución
Francesa
y
de Ja emancipación de la
América del Norte,
ll
Esta es la seguoda conclusión que
saca
el
doctor Prado, la más elevada
·é
importante del discurso, su corona·
ción natural.
Hé
aqui cómo el autor ha levanta·
do un cimiento tan sólido que se atre·
ve
á
construir sobre
él
un edificio co·
Josal. Mejor dicho, no es atrevido si·
no lógico. Porque ahora es imposible
poner en tela de juicio Ja macicez de
la base. Con la mayor honradez
y
minuciosa crítica hem·os ido examinan ·
do uno
á
nao Jos materiales
y
con·
venciéndonos de su buena calidad; he·
mos revisado la estructura
y
solidez
do la obra sobre todo en aquellos pun·
tos en que parecía
delezn~ble,
por
fin
Ja
hemos sometido
á
pruebas deci·
si vas para apreciar
su
resistencia
y
nos
hemos asegurado
ba~ta
la evi·
dencia de que ee una basa inconmovi·
ble.
Con~ideremos
espaciosamente esta
segunda conclusión. Ella abrazados
términos: porqué Espafia no conser·
vó en su poder América;
y
porque
ésta se independizó de
8U
metrópoli.
· Ambos
están
solucionados en el