Capítulo
XL.
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El visorey, teniendo ya noticia de las cosas que pa–
saban en la cibdad del Cuzco, nombró por capitan de
gente de
á
caballo
á
don Alonso de Montemayor, lea–
lísimo caballero natural de Sevilla, y
á
Diego, Alvarez
de Cueto, su cuñado, tambien nombró por capitan de
gente de
á
caballo, natural de Avila; de arcabuceros se–
ñaló por capitan á Diego de Urbina, natural de Viz–
caya; despues lo nombró por maestre de campo, dando
la capitaníá
á
Gonzalo Díaz de Pineda, natural de la
Montaña
(a);
de infantería: nombró que lo fuese Pablo
de Menéses, natural de Talavera,
y
á
Martin de Ro–
bles, natural de Melgar de Herramental
(b);
capitan
de la guardia, Juan Velázquez Vela N
úñ~z,
natura] de
Avila. Despues de que tuvieron los títulos de las capi–
tanías, les habló, diciendo quél les elegia por capitanes
del
Rey nuestro señor, para que si algun tirano se le–
vantase, con sus esfuerzos se diesen tal maña, que que–
dando castigado el movedor, la provincia quedase asen–
tada; é pues él en ellos los ojos puesto había, tomándolos
por compañeros y amigos singulares, su persona y
honra les encomendaba; porque como ho.mbre que viene
de España y se halla en reyno nuevo, no sabe de quien
se fie. El capitan don Alonso respondió que habia
acertado de poner la honra de su persona debajo de la
carta anónima intitulada
Yirginitatis laus,
atribuida sin razon
á
aquel
Santo Padre:
11
Linguam a maliloquio cohibe: et ori tuo legis frenos impone:
ut
~tune
si forte loquaris, quando lacere peccatum sit, carveas ne quid quod
in repr1hensionem rveniat, dicas.
11
(a)
De Astúrias, nacido en Coto de Ureña.
(b)
Hernamental
ó
Fernamental
escriben otros.