Capítulo XLI.
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lo comenzado, y quel visorey esfaba mal quisto; y otras
cosas no conformes á su profesion.-Y si yo hobiese de
contar las bellaquerías que frailes
y
clérigos
hicier~n,
seria' nunca acabar,
y
que las orejas cristianas, en las
oír, recibirian
pena.~Tambien
escribió el Sosa que no
consintiesen entrar al obispo entre ellos, porque los
iba á engañar,
y
quél se daria toda priesa para les avi–
sar de. las más cosas que les convenia. Y diremos agora
de Pizarró.
,
CAP. XLI.LCómo Gonzalo Pizarra se adere–
zaba para salir de la cibdad del Cuzco,
y
cómo
mandó al capitan Francisco de Almendras que
fues.e á toniar los despachos que venian.
M
uy
gran priesa se daba Gonzalo Pizarra en la cib–
dad del Cuzco,
á
donde estaba, en aderezarse de
armas con las otras cosas que para la guerra son nece–
sarias, deseando salir della brevemente;
y
como siem–
pre le viniesen cartas de Los Reyes
y
Goamanga, de
avisos, dándole cuenta de lo que pasaba, entendió la
venida del obispo
y
cómo tambien venian Francisco
d~
Ampuero, Pero López y los más, con las reales pro–
visiones; lo cual todo por él entendido, mandó á Fran–
ciséo de Almendras,-. que despues que salió de Goa-