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1

~

4

Libro primero

todos esperamos , sino el que en que solo el resplandor de esta

otro

lugar llama él cu

0

rpq de preciosa margarita reluce en sü

pecado (a): que ·es nuestro ape·-

ánima. Pues de esta manera

lle·

tito

mal inclinado; del qual ( co-

no el vaso de

nue~tro

corazon

de

mo de un cuerpo) proceden los - este liquor celestial,

y

apagada

rni t>mbros de todas las pasiones con él la sed de nuestrn ánima,

y

d e,5~o s

desordenados que nos no tiene por qué

anda1~

ham·

llevan

á

peca r. Y de este tal breando

y

procurando lo,

bie~

cuerpo (como

de un

cruel tirano) aes perecederos de .esta

-vida;

y

dice el Apóstol que nos libra la asi queda libte de las ·cadenas e

gracia que se da por Christo,

las aficiones de ellos; porqu"

como es ta dicho.

donde no hay deseo ni amor

, no

Des pues de 1<1 qual la segunda

hay

cadena ni prision. V de es.ta

y

mu y principal causa es la gran - manera el corazoo ql!.le vino

á

deza del alegria

y

de las canso-

hallar al S:ñor de todo, se halla

ladones espirituales de

que

los

él

tambien

en su

mamera señor

justos gozao , segun que arriba de todo; pues tiene resumidos

declaramos. La

qu .:i l

de

tal

nu-

los otros

bienes

en

este bien.

nera

apaga la

std

de todos sus

Con

estos

dos

favo11·es

de Dios

deseos, que con esto

ilmente

(que para

esta libertad

nos ayu–

vencen

y

despiden de sí todos . da) se junta tambien l'a diligen·

·los apetitos

y

deseos:

y

hallada cia·

y

cuidado que 1>s buenos

esta fuente de todos los bienes,

tienen de

sujetar

la

ca ~rne

·ates–

luego

pierd~n

el ape-tito congo-

píritu,

y

las pasiones á la razon;

joso de todos los otros bienes; con la qual vienen clle1s poco á

como el Señor lo declaró

á

la poco á mortificarse,

y

h r.bituarse

muger Samaritana, dicie-ndo(b):

á

lo bueno,

y

á perder n1uy gran

Quien bebiere del agua que

yo

parte delfuror

y

brío que antes

le

d~ré

(que es

la

divina grpcia)

tenian. Porque (como

dice

San

Qunca j amás padecerá sed. Lo Chrysó.swmo) si las brntias fie–

qual

dice

S. Gr

gorio en una

ho·

ras, aizostumbradas

á

tr:atar

con

milia por estas palabras

(c):

El

los hombres, vienen

po¡~

tiempo

que perfectamente ha conocido á perder

su

natural fie ·reza,

y

la

dulcedumbre de la vida ce-

ebve~ tirse

de la blandur.a.

y

man·

lesti al, luego · desampara todas sedumbre de los hombres (por

las cosas que sensualmente ama- donde dixo el Poeta

que·

el tiem·

lfa; él exa lo que poseía; -derrama po

y

la

costumbre · hada á Jos

lo que allegli ba ; enciéndesele el

leones obedecer·á los. hombres)

corazon c;on deseos del cielo;

i

qué mucho es que nuestras pa–

desagrádil le todo lo que hay en siones naturales, acostumbradas

la tierra,

y

parécele feo todo lo

á

obedecer á la n1zon , vengan

'que ames le era hermoso; por· poco

á

poco

á

razonarse

y

do·

(a)

Rom.

6.

(b)

Joan.

4.

(c)

Hom. 11.inEvang.

mes·