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de la Exhortacion

á

In

J.T.irtud.

_151

tas son las

pa!iiones

á

que obede-

de encima de

ellos

el

yugo

pesa.

ce,

y

los vicios

á

que sirve.

do que los apremiaba,

y

la vara

iPues qué mayor miseria que que los heria ,

y

el sceptro del

ésta~

Si

toda la dignidad d 1 tirano que con tributos desafo–

hombre , en quanto

hombre ,

rados los oprimia. Todc;>» escos

consiste en dos cosas, que son vombres de

yngo ,

de

vara,

de

razon

y

libre albedrio ; ¿qué sceptro convienen

á

Ja tiranía

y

cosa

mas contraria á Jo

uno

y

á fuerza de

nuestro

apetito ; por–

lo otro que la pasion, que ciega que de él, como de muy .propio

Ja razon ,

y

lleva tras sí el libre

in~crumento,

se aprovecha el de–

albedrio

~

Por donde verás

quán

monio (que es el príocipe de

perjudicial

y

dañosa

sea qual-

este mundo ) para tiranizar los

quiera

desordenada pasion; pues hombres,

y

sujeta1

los

al

peeado.

asi derriba al hombre de la

silla

Pues de toda

tsta

fuerza,

y

po·

de su dignidad , escureciéndole

tencia nos libró el Hijo de Dios

la

razon ,

y

prrvirtiélldole el Ji· con la abunda ocia de la grada

bre albedrio : sin las quales dos que con el sacrificio de su muer–

cosas el

hombre

no

es

hombre,

te nos

ganó. Por

lo

qua!

dice

el

si1:0

bestia.

E~ta

es

pues,

herma Apóstol (b), que nuestro vírjo

no , la miserable servi-d11mbre bon-.bre

fué

juntamente crucifi •

.en que viven todos los malos,

cado

con .él. Y Jl3ma aqui viejo

como gente que no se rige por h mbre este apetito, que

se des–

J?ios ni po.r razon, slncr por ape· ordenó

por

aquel primer pecado.

tito

y

pas1on.

Porque por aquel grand t sacrifi–

S.

l I 1.

cio

y

mérito

de su rasion

nos

alcanza gracia para sojuzgar esre

tirario ,

y

pouulo debaxo

los

De la libertad en que viven los

pies ,

y

hac~rlo

pasar por Ja

buenos.

pena del rnlwn, crucificando

á

P

Ues de esta tan miserable

servidumbre nos

vino

á

li–

~rar

el Hijo

de

Dios;

y

ésta es

la

hbertad

y

victuria que

celebra

el

Profeta lsafas, quando dice (a):

Alegrarse han

Señor

en

ti

tus

d .

.

?

'

re 1m1dos, como Jos lJbradorc:s

quando cogen el fruto de

sus

la·

branzas,

y

como se

Jkgran los

vencedores despues de tomada la

pr~sa

, quando reparten

los

des–

pojos. Porque

tú,

Señor, quítaste

quien

anees

.oos

crucifi caba,

y

captivand.o

á

quien

antes nos

te–

nia captivos. Y asi viene

á

cum–

plirse

lo

que el mesmo Isaías eh

otra parte

profetizó~

diciendo(c):

Preuderá.n á los

que

antes

los

prendí an,

y

suj etarán á

sus

opre–

sore!I. Porque antes de

Ja gracia

nuestro apetito sensual traia

~u­

jeto

y

tiranizado

á

n

LJestro

tspí·

rüu, haciéndolo servfr

á

sus

ma,

los

deseos

(como

arriba

se

.dccia.

«

ró) (d) ; mas receb.i\ia la gracia,

de

~a)

./sai.

9.

(b)

Rom. 6.

(e)

Jsai.

14.

(d)

§.

4ntc