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/
de la E#hortacion
á
la
//irtud.
1
s
7
~parte~
De la
qual
dixo
el
Após–
tol (e): Pues estamos
ya
justi
fi.
cados
mediante
Ja fe
y
amor por
Christo
nuestro
Salvador, por
el
qual alcanzamos esta
gracia;
tengamos
paz con Dios.
La ter–
cera paz es la que
el
hombre
tiene c:onsigo mesmo:
de
lo qual
nadit! se debe maravillar : pues
nos consta
que en
un
mesmo
hombre hay dos hombres tan
contrarios entre sí, como son el
interior
y
el exterior, que son
espíritu
y
carne, pasion
y
razon:
las
quales
no solo
hacep
gue~ra
cruel
y
contradicíon al espíritu,
mas
.tamb~en
ioquittan
con sus
apetitos
y
deseos encendidos,
y
con
su
hambre
canina
á
todo
el
hombre :
con lo
quéll
pe1 turbán ,
la paz interior, que es d sosiego
y
rep.oso de nuestro espíritu,.
CAP I T U L O X 1X.
Del octavo privilegio de la vir–
tud, que es
/"
bienaventurada
paz
y
quietud
interior de que
goz.H~
los buenos
:y
de Ja
mise–
rable
gtJerra
.Y
desasosiego
que
dentro de sf
padecen
los
malos.
D
E
e~te
privilegio susodicho
(que es la
libertad
de los
hijos de
Dios )
se sigue otro
nó
menor , que es la paz
y
.sosiego
interior en que viven los tales.
Para cuyo entc'ndimiento es de
saber que
hay
tres maneras de
paz: una con los próximos, otra
con Dios ,
y
oti:ia con&ígo mes–
mo. La
pa
-i
con los pró irnos es
estar en
~racia
y
ami tad con
ellos , sin querer mal
á
nadie : la
qual
tenia David ,
quan<.10
de·
cia (a): Con los que aborrec' n
la paz era yo pacifico ,
y
quan·
do les hablaba con mansedum·
brt:, me.hadan guerra .sin
causa•
.Esta
paz
nos enco·JDienda 1el
Apó$lO~
S. Pablo (b) , amones-
tándonos
que
tr.abaj~mos
todo
lo posible (
á.
lo ·menos quanto es
·de nuestra parte ) por tener paz
con iodos los hombres. La segun–
da paz,
que
es con Dios, consiste
tambien en la gracia
y
amistad
de
Dios,
que se alcanza por me.–
dio de la justificacion; la qual
reconcilia el hombre cou Dios,
y
·Iiace que Dios ame al hombre,
y
el hombre á Dios, sin que haya
guerra ni comradicion de parte
s.
l.
De la guerra.y
desasosiego
in·
t"erior
de
Jos malos.
E
sta
e~
pues la
g_~erra
y
de.s–
asos1ego coaunuo en
que
geoeral.r,nente
viven
todos
los
hombres
carnales:
porque
como
ellos por una parte carezcan de
gracia , que és el freno con q-ue
,se
mortifican las pasiones;
y
por
otra tengan tan desenfrenado
y
suelto su apetico, ·que apenas sa–
ben
qué cosa sea resistirle en
nada : de aqui nace que viven
con .infinitas tnaneras 'de deseos
dé cosas d iversas : unos de hon':"
ras , otros de oficios , otros de
(a)
Ps.
11.9.
(b)
Rom.
12.
(e)
IMd.
S•
pri-
-'