67
aquel texto;
y
si se me pone por ejemplo, aquello de que siem–
pre, que dos
ó
tres personas, se junten en mi nombre, yo es·.
·1aré en medio ' de ellas, preguntaré, que significan estas pala–
bras,
y
no se me podrá hacer ver en ellas mas que lo que
yo veo, es decir una promesa hecha á los hombres, de que Dios
se dignará prestar oídos mas particularmente misericordiosos
á
cualquiera asamblea de jentes, que se junten para orar". ¿No
señor conde, á los Obi!pos reunidos para discunir sobre las
materias de
fé
y
disciplina? Es una consecuencia, deberse te–
ner por impostura el
placuit Spii itui Sancto et nobis.
Si:
el conde abanza mas, que todos los que escribieron
contra Ja autoridad ele los concilios. Ridiculiza la clausula: "pla–
ce al Espíritu Santo y
a
nosott·os. Me veo obligado
á
poner
á
la letra sns palabras, porque podría suponerse una impos·
t ura."
¿Como podría creerse, que sobre el punto fundamen·
tal hubiese Dios derogado sus leyes mas evidentes, mas jene–
rales
y
mas humanas? Se puede facilmente decir:
Place al
Espiritu
Santo
y
á
nosotros.
El Quakaro dice
tambien :
qttc
tiene
el
spiritu
y
los puritanos de Cronwel lo decían igual–
mente.
Pei·o los que hablan
íi
nomb~·e
?el EspirifU Santo
de~
ben manifestarlo.
a paloma mística no viene
á
sentarse so–
bre una piedr a fantástica pues no es esto lo que nos tiene pro–
metido."
L.]
¿Y no se pr.ohibe una óbra que contiene tantas
impiedades?
¿P den inventarse comparaciones mas denigra–
tivas para los c ncilio-si
¡Es u
cuerpo de impostores como se
supone
a
CromwelJ ¡de ocas
orno los Quakeros! el concilio de
J erusalen y los Aposteles son comprendidos en el eloj10.
CoNVENGAMos en principins
y
será mas fácil la resolucion.
.Es de derecho divino, que la Iglesia militante tiene una ca–
brza visible instituida por
J.
C. S. N. En esto
ó
consenti–
mos,
ó
negamos la letra del evanjelio.
[,l
¿Para que es re–
petir textos, que todos saben
y
pueden .flamarse lugares co':"'
m4nes?
l.a autoridad
y
primacía del Papa succesor de San
Pedro, no será motivo de controvercia para ningun católico:
esta es una verdad, cimiento de la
Iglesia.
Sin ese eslabrm
de unidad todo seria confusion y desorden, dice San Cipria–
no. La prueba es muy copiosa.
El señor B()suet en su nun–
ca bien alabada obra de las variacionos, convence, tomando á
la letra los escritos de LuteM, Melan i;ton , Bucer , Calvino,
(.)
Cap.
11.
( ,)
Math.
16
v.
18.