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~oncilio
para la eleccion de los siete diáconos.
(.) Lo fü6
para decidir, que los jentiles no estaban obligados
a
la·circun–
~icion
y
que había muy poco que observar en lo legal an–
tiguo.
(,) S. Pablo reunió
á
los ancianos de Efeso.
(;) El
concilio de que habla el capitulo 21 de las ar.tas de los Apos–
toles, puede decirse, la resolucion en la causa de San Pablo,
Fué establecido en concilio el primer credo, ó por c_laúsulas
particulares de cada uno de los discípulos, como piensan unos
ó
por \'oto
c~mun
y
acorde como juzga un padre. Estos con–
cilios advierte Fleury eran el tribunal propio de la Iglesia. Mas
que las autoridades de Tertuliano
y
Eusebio, valen los hechos,
c:¡ue nadie se atreverá
á
contradecir. Alli tuvieron su orijen
las le.yes
eclesiásticas-iY está aun por resolverse la cues–
tion, sobre -si el Papa es superior al concilio,
ó
el concilio
al Papa?
La
indecision no
es tan. poco
interesante ,
que
pueda abandonarse. Quiera el señor que la trate de modo,
que no sea agria, ni al cortesano de Roma, ni al filósofo cristiano.
EL conde de Maistre en 'terminos emboscados, niega
la
autoridad de los concilios, su necesidad,
y
aun la imposibili–
dad de volver e
á
reunir. Espresamente, lo deja todo al ab–
solutismo de
los
apas.
¡Absolutismo en el siglo 19! Có–
P.ͺsus palabrªs, pa a que averguenzen
á
los que juraron en
ellas con frcnesi-" <lemas los concilins nada deciden, de que
no se pued
a
lar.,
á
ml'nos
que sea
unive sales; y esta es–
pecie de con . ios, tra
tantos
i.nc<inveniente , que no puede
entrar en los planes de la Pro
videncia confiarles el gobiernno
d1•
la Iglesia.
11
Luego señor conde, los puntos gubernativos de
la lglesi:i, ¡¡e trataron en los concilios jenerales contra los pla·
nes de Dios. Luego Dios los desaprobó, pues no hnbia de
aprobar lo que era contrario á sus planes: luego no asistió
á
ellos el Espiritu Santo. Aquí tenemos por un analisis exacto
demostrado, que las opiniones del conde son contrarias al ca–
tolicismo.-Son tambien contrarias al mismo
autor~
"Lo mis·
mo debe decirse de
los concilios,
y
aun no puede menos de
rncc~nocerse,
que los euc11menicos ó jenerales, como lo hemos
visto en el de Trento, se hallan en estado de ejecutar
a
ve–
ces
cosas, •1ue habrían sid"o superiores, no al derecliri, pero si
á
las· fu er-za¡¡ Je) l';umo
1
P11ntifice. Y añado, que esta santas
{.)
Act. cap.
6.
[,]
Act. cáp.
15.
(;)
Act. cap.
20.