59
S. Angustio, que es el Padre de la lgle'sia, mi predilec–
to porque fue pecador escandaloso como yo,
y
despues lla–
mado por la gracia
á
defender
y
sostener la relijion de Cris.
to,
dá una regla segura p·ara distinguir los libros canónicos de
aquellos, que no lo son. [.] Esta es referirse
a
la autoridad
del· mayor número de Iglesias católicas,
y
sobre todo
a
aque–
lla, que ha merecido ser la silla de los Apóstoles. En sus
ohras, hallamos algi,ma variacion
y
aumento de los libros sa-
. grados respecto de los rec:onocidos por entonces. Citó el li–
bro de los Macabeos, como un testimonio de la necesidad de
r ogar por las almas .de los difuntos. [ ,] Fijemos en la me·
moria este hecho contra los que suponen el purgatorio inven·
cion moderna del clero para aumentar su rentas. En el capí·
tulo último, creo de S. Marcos, une la historia referida en el
veintidos de S. Lucas, del anjel, que apareció al Señor en
el jardín de las olivas, y habla de la agonía
y
sudor de san·
gre. La historia de la adultera relacionada en el capítulo oc–
tavo de S. Juan, no se contenía en muchos de los ejempla–
res griegos y
latinos. Cree el ·padre que cito, qué algunas
personas de poca
re,
ó
cont1·aria~
á
la
fe,
la habían suprimi–
do, con el pret stc de o
autorizar
á
las mujeres para el pe•
cadn, con la es ara za del per on.
To111ANDO por
no~te
a
es e afnicano extraordinario, con·
cibo, que nuest
co ciencia descansara tranquila en el juicio
de la Iglesia
niversal, decl rad0 en un concilio
ecumenico~
Si era un : poyo el mayor número de las Iglesias particula–
res, iqué fundamento mas sólido, que la voz del Espíritu Santo,
que se oye en la decision de los padres que concurrieron
á
esa
asamblea 6anta y jeneral? Declarado el 1·econocimiento de los
libros canónicos, los católicos, que los hemos recibido nos sujeta–
remos
á
esa ley. No me parece, que debemos detenernos en
Ja diferencia que se nota con los canones de los Apóstoles,
y
con lo escrito por los antiguos padres;
· EL canon 45 de los Apóstoles, que Baronio
y
otros mu–
chos
tienen como figurado por
los here.1es, segun nota Van–
Espen,
L;
l
omite los libros <ie Judit, Tobías, el eclesiustico,
y
en los f1bros del nuevo testamento el Apocalipsis de S. Juan.
El libro de la sabiduria, se dá úhicamedte por útil para leer-
·-----=----------
(.)
L.
2
de
Doc. chu. cap.
8
n.
12.
(,)
L. de una gen.
pramort.
(;)
Scol. p.
73.