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fesnr de practica
y
pieda
d, pensará, si
vu~stra
enfermedad
él
tal, que deba ser. declarada en.la asamblea de los fieles, para que
otras personas puedan ser ed ifieadas
y
vos mismo reformado
mas i•facilmente. Esto debe ser hecho con mucha deliberaci11n
y
prudente consejo del fisico."
San Agustin no varia de esta
enseñanza. (.) Ella era la de Tertuliano. A.ese <'onfesor que
oia en secreto los pecados, lo rotula, "el consejero de la sa•
tisfaccion. (, )
·
Ds
resultas de la herejia de los Novacianos, que no que•
riau :se perdonase la culpa de los que en la persecucion
de
Décio, habían caído en .debilidad, la Iglesia asustada con el si84
ma para impedir los progresos, aumento li;t pena
á
los pre·
varicatlores. Al efecto se añadio un .canon: "t¡ue en cada lgle•
sia hubiese un presbítero, que presidiese
á
Ja
administracion de la
penitencia, y que todos aquellos, que habian caído despues
del bautismo [en idolafria] hiciesen con él la confesion de
sus pecados.
f; ']
Escojicron por penitenciario un sacerdote,
de excelente reput cion, conocido por su prudencia· y füleli-.
dad en guaraar secretos." (:) Este .fue et principio del
pe·
nitenc~ario:
año de 251 .
REFIERE e l hi toriador Sócrates, [ ' ] que ciento cincuen•
ta años deSJ•Ue
" na señora de C}Ualidad,
mno
á
confesar en
~ompleto
petaJle todos los pecadAs que había cometido ºdes–
pues de su bau!lsmo. El peoi encºario le ordel)ó, ayunos, con.–
tinuas oracif>nes,
á
lo que añ.aaiO
la
confesiop pública de al·
gunos. pecados que contempló, debian manifestar su arrepeo.J
timiento.
1
,a, señora excediendose de los límites prescriptos,
acusó en alta voz .otra falta, declarando, que había pecad(l con
el diácono. El crímen fue oido, dio mu<'ho escandalo, y cau-
, só ralaciones y juicios malos ácia el clero. El diacono
foé
expulsado; y al Arzobispo se le ac;-onsejó que aboliese el oficio
de penitenciario y la confesion pública.''
No sé en que funde Calvino su triunfo con esta histo–
ria.-Ella es por el contrario, nn documento el mas solem·
ne que aniquila sus infames y perniciosas doctrinas. Se prue·
ba, que la confesion es de tradicion divina. Que el peniten·
(.)
Hfrm. L. TX.
p.
178.
(,)
L ib.
4
cap.
9
de
prren.
(;}
Socmtes hist.
B.
V.
cfp.
}9.
(:}
SowmPno v.
7
cap.
14.
f)
Hist. B. V.
cap .
19.
•