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quien
dirljirla1 La historia mentirá sobre lo presente,
pe1·0
no prepara la mentira para un futuro, que no prevee.
"Los inconvenientes que produjo
é
introdujo en la Igle–
sia la libre disposicion y colacion de los obispados, que se
abrogó la curia romana, se lloraron en la cristiandad coH lá·
grimas de sangre, pues de aquella raíz emana la poligamia es·
piritual de un obispo con dos, tres
y
aun cuatro espo'sas á
un tiempo
y
sin cumplir con alguna; la profanacion de la dig·
pidad episcopal, sin consagracion,
nt
sar.erdr>cio, y con Las cos–
tumbres menos conformes al estado¡ el darle
las prelaturas
pontificias en administracion, como los monasterios
en
enco–
mienda para el lujo de · los obtentores y no para ed1ficacron
de los fieles; el recae1• en niños idiotas
y
fnrajiJos, violando
las mas sagradas leyes, de que es lamentable ejemplo, el mous-.
truo del duque Valentin, homicida fratricida
y
obispo de Pam·
plona
y
Valencia; el conferirse los · obispados
á
extranjeros
re~
sidentes en Roma, que jamas vieroQ sus iglesias;
y
el aba!T·
dono de los rebaños, teñidos cQn
la sangre de Cristo,
y
es–
puestos
á
los insu tos
e los lobbs con pastores sol11s para
disfrutarlos en ti mpo, mas no p ra
cor
du(,'irlos
~
la eterni–
dad de lo que re u t
.n la ignorancia y
·elajácion del cle–
ro, Ja piedra del
e
cánCial
en
que
tropezaron Wicleff, Juan
Hus, Gerónimo de Praga, y despues de ellos muchos heresiar–
cas,
que con el
ecio o pretest
y
pl~rnsibJe
colo!' de re·
mediar la Jglesiá
la
er-vertrdb
u11~ ~ran
parte de Ja Eu–
ropa.»
No niega Bolgeni, ni podía sin gran desfachatez, el me–
todo an1iguo de elecciones, confirmaciones y consagraciones.
En el capit.1.tlo
4.
o
se contrae
á
la
propag~cion
del obispa–
do,
y
prueba con datos, que yo podía haber escojrdo, que ciertas
jglc
ras
eran superiores de
ótras,
depenqiendo estas de aquellas;
ni podía decir lo contrario, sin pisar los concilios. Allí se ha..,..
llan estas clausulas: (.) "Es cosa clarísima y cada dia
demo~
trada por la espe riencia, que en !a gran variedad de cosa¡;
humanas,
y
mutacion de las cir0t.!nstancias una providencia,
una costubre, que antes era ventajosa,
y
aun necesaria, lle–
ga despues
á
ser inutil
y
aun perjudicial a l público. De aqui
nace . la necesidad d.e las mutaciones, y las dos potestades ecle–
:>iastica
y
civil instituidas por Dios, para gobierno
y
felicidad
de los hombres, se hallan en la obligacion de establecer nue-
_______
_.......,
(.)
F.
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