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líLa
eteccion de los Obispos en los primeros siglos
ele
Ja
Jgle
tiia, segun
la práctica introducida. por Jos discipulne .de lo&
apóstoles, se ejecutaba, aunq1:1e con alguna variedad en los
ac~·
cidente~,
pero
110
en la substanoi'l, en esta forma; confirmá–
l>al 0
•S
el metropolitano
y
i<1s
consagraba. este con asistencia de–
todos los obispos sufraganeos,
ó
de la maym" parte,
y
el ju–
ramento que
hoy
hacer.i estos
a~
Papa, se lo prestaban al
me~
tropnl1tano, como se lee al fin del. pontificado romano. Los
provincia les Obi pos elejian
á
los Arzobispos
a
postulacion de
fos pueblos
y
los. con.firmaba el patriarca,
y
á
h>s patriarcas
los nombraba el concil·io de k>s Obispos, que mandaba juntar
el superior-
y
electos~
á
contemplacion. suya
ó
con su aproba-.
cion, se co.nsagraban, sin mas dilijencia al respecto del
Pa~
pa, que la de enviarle su profesion. de fé, como tambien
a
\
los otros .Patriarcas de Alejandría. Antioquia, Jeru alen
y
Cons·
tantinopla, hasta el tiempo de
Phooio~
pri111er autor del cisma
de
los grieg•>S. por no haber querido
el Püpa admitido
á
sa
cwmunion, con · el justo moiiv•> de ser intr.wm por violento des·
pojo que sufrió el patriarca. San Ign¡t'
cio. E stassacras elec–
ciones
á
las que la Iglesia debe loi Ambrosi.os
los
Agusti~
nos, los N1collaos,
lo
J
asi ios,
lys
a e iancenos, los Crisósto–
mos, y otros eliJio
i
i
is prelados,
que.lareg~ron
con su san–
gre, v la
ilustraron
11n sus
escr~tos
y virtiud<*l, se conserva,.
l'On Íilgunos sio-1< .s
y
mantuvieron en ellos con la disciplina
y
ejemplo Ja
r o·
a
atisfacoi n, 1-iu
e
tan conveniente
y
ne-.
cesaria entre el past11r
y
las obejas,
y
entre las abejas
y
el
pastor, temendo aquella parte en los nombramientos <le los que
deben apacentar . •••.• , •Mas este derecho electivo, lo
fué
poci;>
á
poco tirando
á
si
la corte romana segun
la
mayor, 6 me.
nor repugnancia de
J..
s reinos
y
repúblicas."
EN
nuestras
histori~s
antiguas españolas tenemos datos muy
circunstanciados de que los reyes de España nombraban los
obispos
y
los confirmaban los metrop.oli.tanos.
Es
un enca–
denamiento no interrumpido.
Se pueden pJ·esentar hasta el
i–
glo XI algunos con posterioridad. En na<la intervenía el Pa–
pa.
Puedo.
vem~ürme
al Obi po Sandoval,
a
D. Juan Tama–
yo, Salazar
y
al cardenal Aguirre. En vano agusó sus gran–
des talentos el Sr. Benedicto XIV
Cf.l
Castel..,GandoJfo para
d.esmentii hechos tan autorizados. No podían conveni rse en
la
falsedad, historias, capitulares
y
concilios.
¿Como se sos-
- ~enia
en
iglos·
di~ta ntes
y
en cuerpos.
y
per onas di tintas?
JPara
qu~
Ja imp ostura, cuando no había compe'tidor contra.