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bio, destruye por completo el nivel de las imposiciones que
rijen en el pais.
Un proceder semeiante, que casi llega a ser una espolia–
cion, perturba el criterio moral del pais; oscurece la nocion
de justicia, desde que él es defendido i presentado como
regular i justo por el poder público.
Otras observaciones especiales e igualmente atendibles
tenemos que hacer sobre él, i entónces volveremos sobre
las enunciadas.
Es sabido que la sustancia que trata de gravarse, se en–
cuentra en cierta estension de la costa de América, qu,e
conviene dividirse en tres zonas, a saber:
l.ª
Hasta el paralelo 24, nuestro antiguo límite con Bo–
livia, en donde se encuentran los establecimientos de Tal·
tal i Aguas Blancas;
2.
ª
Desde el paralelo 24 al Loa, en la cual solo hai dos
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empresas productoras; la de .Antofag-asta i el Toco;
_3.ª Del Loa al norte, el departamento de Tarapacá.
El proyecto propone gravar el salitre que se ccelabora en
el territorio de la república». ¿Comprende solo el que se ela–
bore hasta el paralelo 24? No parece probable, por cuanto
el año pasado se dictó una lei eximiendo por dos años, de
todo impuesto al salitre elaborado en esa zona. Tampoco es
probable que se crea equitativo variar tan pronto la tasa
del impuesto que se había fijado al salitre. El año pasado
se fijó el derecho de esportacion en 18 centavos por quintal
español o, mas exactamente, en cuatro décimos de centavo
el quilógramo; i como a la vez se imajinaban diferentes
medios para impulsar la esplotacion de esa parte del de·
sierto, no era de prever gue se tuviese la mira de elevar el
impuesto cuando apénas se inicia dicha esplotacion.
Es
sin