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to del flete; por la baja en los artículos de consumo debida
a la reduccion del cambio sobre Chile i por la supresion de
los derechos de importacion sobre los víveres.
Pudiera talvez haberse tenido en mira el impulsar la
produccion.
Debe tenerse presente que el costo de elaboracion de que
se trata no comprende cuota alguna por intereses i amortiza.
cion del capital invertido, lo cual en esta industria es de
mucha consecuencia, pues el capital representado por el ca–
liche desaparece a medida que se elabora; el capital repre–
sentado por las máquinas i aparatos de beneficio no dura
mas de ocho a diez años;
i
el capital representado por ca–
minos i feri·ocarriÍes desaparece con el agotamiento de la
calichera.
Conviene que se preste atencion a
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condicion funjible
de los
i
' rtantes capitales qne demanda el establecimien–
to de un ' injenio salitrero. Sin ésto es fácil incurrir en un
grave error al estimar los resultados industriales de este
negocio. Puede suponerse en gran prosperidad a una em–
presa que, sin embargo, esté próxima a perder de repente
el capital de esplotacion,
i
lo pagado por la , salitrera, por
el agotamiento de ésta. E importa insistir sobre la circuns–
tanci~
indicada porque desgraciadamente en nuestra tierra
existe la propension de echarse encima de toda empresa
que prospera i de tódo hombre que se levanta. Defecto de
raza talvez, pero es fuerza reconocer ese predominio de la
emulaciori
i
de la envidia, sin pel'juicio de convertirse en
humilde acatamiento una vez que la riqueza i el éxito se
han afirmado.
Los contratos de elaboracion tendrán que continuar
miéntras subsista la situacion precaria de aquel territorio;
i
nuestro gobierno, al darle cumplim1ento, no solo ha reco–
·cido un derecho, a lo que estaba obligado, sino que ha he-
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