•
-
87
-
relijion, de que está
sumamente il!Teventido
y
pide perdon
y
misericordia.''
Misericordia! Pero era ésta otra cosa que
mi
sangriento sarcasmo arrojado
al
rostro de aquellos nefandos usurpadores de la potestad divina, que antici–
paban el juicio de la clemencia; eterna a nombre de sus sacrílegas impos–
turas1
No hubo pue5 misericordia entonces ni mas tarde, ni nunca para el des–
yenturado reo de los santos verdugos. Solo muchos meses desgues, y cuando
la muerte por la gangrena iba
a.
arrebatarles prematuramente
la
victima que
entretenia sus ocios y daba razon a la simonía de sus sueldos, de sus ma–
tanzas
y
confiscá.ciones, consintieron los inquisidores en quitarle una de sus
cadenas. "El 15 de noviembre de 1753, dice la respectiva dilijen:cia asentada.
en el proceso por el escribano Orúe, los señores Iqqres. Amusquibar, y Ro–
dríguez, mandaron al Alcayae don Francisco Ximenez, quitase a Dn .Fran–
cisco Moyen el Grillo _ de un pie, dejandole enelotro, atendiendo al accidente
de Gotacorai que le insultó,
principalmente
por
fu:~berle
Salido en la pierna,
11
acia los Tobillo& uñas Granos malignos
de
que podía
temerse le
resultrw~
algmw.
Oangrenc¿,:
y para que conste pongo esta razn.
"-Ü.&ÚE.
Y aquel era el ¡¡auto y clemente tribunal "de cuyos reos, dice su apolojista
(citando, ignoramos-con qué fundamentos, la opinion deLlorente, que tantos
horrores cuenta
de~
Inquisieion) ninguno jemia bajo
~peso
de cadenas,
g-rillos,
cepos
1
esposas, ni
otros }eneros
de
morhficacion,
que se usaban
en las
d¿"lJU1.s
cárcelea
europuts.
Y en este filantrópico siglo XIX, añade él mismo,
¡,se
usa
o no de grillos y cadenas en las cárceles1 ¡Ah! todavia los
flamantes
humanitarios
de nuestrá'epoca j11zgan mas ca:roitativo
CfJrtdecorar
a los presos–
con eses
atavios."
(1)
Y así se
condecara
el error y se le
h~tce
amable y digno de respeto a la
juventud; qué decimos! a la niñez que mañana. dará. a
la
república sus ciu–
dadanos
y
sus
hombres de estado, sUs- lejisladores
y
sus sacerdotes1 -
Continuerr.os,-empero, con la descripcion de los sitios mismos en que la
Inquisicion ejercitaba ayer su dulce sistema penal y ese
plan penítencún-io
de que su campeon la.hace autora, usurpando a los cuakeros, (una secta de
hereciarcas) su patente de invencíon hasta aquí no disp-utatla. (2)
(1) Rápida ojeada,-jláj.
64.
(2) Nadie ignora¡ que. el
~a
conocido propia.mente con el nombre de
penítt:ncíario,
fu6 inventado por
la
11ecta.relijiosa. de los cua.keros
y
puesta
.eñ
11ráétiea
por
la
primera
vez
a
ñD.es'del
aiglo
-pasado (1'78'6). Pero el autor y su crítico
del _INDEl'ENDTENTE
han
confundido
la.
aplicacion
del
pr:jp_cipio, -que
es
el verdadero
sistema pe¡ÚtenCÍ111rio,
con el
principio
mismo,
que Pien puao pertenecer a
b;
Inquisicion, como
dice
M.
Gnizot en su
OwmJ
dé
ll:istona
,u:oder7ía.
N<)S()tros
mismos, cónformándonos con
esta
opinion, habia.moa
dicho
en
un trabajo
publicado
..Obre
el
sistema
penitenciario
hace
ya
onoe
afios, estas
palabra.'*
"LA
Inquisieioll,
.en:
im
e:tmcía,
no
era
otra coaa
sino
~
mismo
principio
(el
de
caati;ga'l"
e~)
llevado a
los
mas horrible&
e!!tremDs
por el
fa.ru~otismo
y
las
pa–
lionee politicaa." (Memoria sobr-e
el siltema penitenciari(}
j~neral,
páj. 4,
1!!~7.)