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don al Señal de la Cruz, que, si no fuera por el
Stií.cd,O la forma t¡ue tubor
no se ll1maria Santo: bien que, yo no ignoraba que aquel11.
á
Doracion
nu
es precepto de
la
ley, sino pr/JVa de amor,
y de fé, que Solo a Dios se debe
1t
dorar,
y
distincion ay, entre
J
esuchristo,
y
el Sto Madero, que li dió la
muerte que por ser Reliquia,
no
es Divinidad:
luego Señor Doctor, esta
a.cuzacion no servía."
XII.-EL FATALISMO.
Hablando este Reo con el
Cura
mencionado en el Cap.
0
antecedente, en
materia de predestinacion,
y
~e
los muchos que
s~
han perdido eternamente
por defecto de Noticia del MesíaS; dijo: fuerte cosa es, que se condenen tan–
tos por no haber tenido noticia del Hijo de un Carpintero.
Dijeron Confo'rmes,
que
es proposízn Escandalos(l,
piarum aurium Ofensiva,
Wripia,
Temeraria, Erroner:.
formalmte lu:retica. Sapiente del Judaísmo, que haee a
1
Reo Herege
formal,
y
Sospechoso de Judm$mo.
RESPUESTA.
Ya hemos citado el verso de Voltaire que invocaba Moyen, y en el cual
la frase
el
hijo del carpinte1·o
está
usad~
conocidamente en un sentido figu–
rado y como una licencia poética.
(1)
(1)
Eran
las
figril"&ll
lo que precisamente persegnian con mas encono los inquisidor<'".
euyo conocimiento de literatura habrá podido valorizarse por la redaccion y ortografia
de las piezas dcl proceso de Moyen que van
ya
publicadas. Como una prueba del furor
de Íos caliñcadores del Santo Oficio contra todo lo que es simbólico en las letras o pu..
ra.mente en las
c01wersaciones,
reproducimos en seguida una de las mas célebres propo–
siciones de Antonio Perez, secretario interino de Felipe
ll,
condenado a la hoguera por
la Inquisicion, a virtud sin duda de que
ésta
no fué uunca, como asienta el señor 8!13·
vedra, un ansiliar
ni
de
la
política
ni
del despotismo de loe reyee.-Héla aquí con su
respectiva calificacioo:
,;Diciéndole una persona al dicho Antonio Perez que no dijese mal del se!íor don
Juan de Austria, respondió:
"Buen~
es que, despues que el rei me ha hecho el reproche
de que desfiguraba el sentido de lllS cartas que escribía y .qne vendía los secretos del
consejo, repare yo en honrra de nadie para demostrar
uú
descargo, que
d Dios
padre
sé
ail·avesara
en
medio, le llevara las
narices,
a que cualquiera en el mundo vea cuan
poco leal caballero se ha mostrado el rei c.onmigo.
C.1LIFICAOION.
Esta
propoeicion, cuanto a lo que dice que si Dios padre se atravesara en medio le
llevara las
narice~,
es proposicion blasfema, escandalosa,
pia1-um aurúem
ojjmiva, et
ut
jacet,
est
81~cta
de hlll1'eai va_dianorum,
dicentium
Deum esse
C0'1'JXYI'el'm
ct
haber•
membra humana.
No se puede escusar con decir que Cristo tiene cuerpo
y
narices des–
pues que se
hizo
hombre: porque consta que se habla. a cuenta de la primera person:1
de
la
Trinidad, que es padre."
Por este
reniego castellano
y otros parecidos propios del tiempo y de ]a raza, dieron
los inquisidores al gran potentado el tormento de la cuerda y le quemaron despues
en
esfijie por haber huido a Francia.