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93 ·-

oscuro, lleno de pulgas, los piés llenos de picos,

(1)

con grillos, solo, y

sugeto

a

Esta

Ynfermedad;

y

lo mas penoso, de ve'rme privado de mis Exercicios,

¡,comó passaré la vida de los días, en unas congojas tan terribles1..

Pero ni esto ni nada era bastante a mover a piedad

el

corazon de aquellos

monstruos de la teolojia y del casuismo. Era lo mas penoso para el espíritu

acongojado de su víctima, segun él mismo lo decía, el estar privado

<le

Bm

exercicios,

es decir, de su cara fraternidad éon el arte, pues le había sido con·

:fiscado hasta su violín, aquel último amigo, único acento simpático que escu–

chara su alma en aquellas lóbregas mazmorras cuyo silencio interrumpían

únicamente el crujido de las máquinas en que se aplicaba el tortuento y los

ayes de los que en ellas agonizaban y

m~rian.

El mismo

inófe~ivo

y silen–

cioso pasatiempo de la pintura habiaselo vedado el alcaide don Fr.tnciaco

Ximenes por órdenes

espresa~

de Amusquibar.-"Aquí, dentro, cuenta

a

su

verdugo, el martirizado

~rtista

en la carta que acabamos de citar, me babia

ocupado a hazer la

r(presentaciO?t rü la locuraJ como causa, q·ue a bia su B&e•

dido,

Sin otra Yntension, que darle gusto a Ussia.: pero, por aVerme dicho

~Sor.

Dn. feo. que pssia. no gustaba de aquellos de buoa, los

he

horados."

Pobre Moyen! Pintaba en los lóbregos muros en que se consumía su vida,

la desespifaCÍon,

el

vértigo, la

locura

de su alma

y

de su espiritu cautivos,

y cuando le mandaban destruir sn propia imájen,

para

evitar un aumento de

castigo, veíase obligado a finjir que la sublime inspiracion del arte

y

del do–

lor era solo

la

demencia vulgar que aparentan las criminales a fin de ofrecer

causas atenuantes de sus faltas! De aqui su amarga

y

casi inintelijible frase:

"como causa que había sucedido," es decir, que

la

locura había sido la causa ·

de sus errores.

(2)

(1) Conocidos en Chile con el nomhre de

niouas.

,

(2)

Sin embargo, cuando el inquisidor Amusqu'.bar tuvo mas tarde necesidad del

pincel de Moyen, le hizo trabajar algunos lienzos para él y para el arzobispo de

Lima,

8

egun

resulta

del mismo I'roceso.

Pareee que

este

clérigo, de quien daremos despues algunll8 noticias auténticiiB

y

otras

de tradicion, era aficionado a la pintura, pues cuando falleció en 1'1'63, dejó sesenta

y

naeve lienzos

y

láminaS) cuyo mérito no debia ser demasiado escaso, pues aun en ese

tiempo, en que se pagaba a los artistas el salario de un jornalero, fueron tasados en

1,9'16 ps. 3

l"l!.

Cuántos de estos serian obra del infeliz frances, a quien

si

no babia tenido

nada lnaterial qnP- confiscarle, se le confiscaba ahora su mente

y

su inspiracion!

Loe datoB anteriores constan de un espeoliente que encontramos en el archivo de la In·

qaisicion, depositado junto con el de losjesuitas, en buena

y

grata fraternidad. en uno

de los inmensos salones del convento de San .Agustin de Lima,

y

en tan gran nómero

(sobre todo los autos de

confocaCiondei

Santo Oficio

y

de

aáminiltracion

de

rentas

de les

jesuitas, testimonios los unos como los otros de un santo desinteres cristiano) que no va–

cilamos en deeu que los volúmenes que cubrian hasta

las

vigas el vastísimo aposentq

(especie de refectorio que ocu'¡>a todo el costado occidental del claustro, en los alta!)

no contendrian menos dll doscientos mil cuerpos de autos. El título del .relativo a.Amus–

quibar con el que tuvimos la rara fortuna de tropezar en aquel

mare maonun

de

perga–

mino, de polvo

y

de polilla era el

~igíliente:-..dutos

8obre

el

cumpli:niento

del

te•tanu.¡IJo