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oscuro, lleno de pulgas, los piés llenos de picos,
(1)
con grillos, solo, y
sugeto
a
Esta
Ynfermedad;
y
lo mas penoso, de ve'rme privado de mis Exercicios,
¡,comó passaré la vida de los días, en unas congojas tan terribles1..
Pero ni esto ni nada era bastante a mover a piedad
el
corazon de aquellos
monstruos de la teolojia y del casuismo. Era lo mas penoso para el espíritu
acongojado de su víctima, segun él mismo lo decía, el estar privado
<le
Bm
exercicios,
es decir, de su cara fraternidad éon el arte, pues le había sido con·
:fiscado hasta su violín, aquel último amigo, único acento simpático que escu–
chara su alma en aquellas lóbregas mazmorras cuyo silencio interrumpían
únicamente el crujido de las máquinas en que se aplicaba el tortuento y los
ayes de los que en ellas agonizaban y
m~rian.
El mismo
inófe~ivo
y silen–
cioso pasatiempo de la pintura habiaselo vedado el alcaide don Fr.tnciaco
Ximenes por órdenes
espresa~
de Amusquibar.-"Aquí, dentro, cuenta
a
su
verdugo, el martirizado
~rtista
en la carta que acabamos de citar, me babia
ocupado a hazer la
r(presentaciO?t rü la locuraJ como causa, q·ue a bia su B&e•
dido,
Sin otra Yntension, que darle gusto a Ussia.: pero, por aVerme dicho
~Sor.
Dn. feo. que pssia. no gustaba de aquellos de buoa, los
he
horados."
Pobre Moyen! Pintaba en los lóbregos muros en que se consumía su vida,
la desespifaCÍon,
el
vértigo, la
locura
de su alma
y
de su espiritu cautivos,
y cuando le mandaban destruir sn propia imájen,
para
evitar un aumento de
castigo, veíase obligado a finjir que la sublime inspiracion del arte
y
del do–
lor era solo
la
demencia vulgar que aparentan las criminales a fin de ofrecer
causas atenuantes de sus faltas! De aqui su amarga
y
casi inintelijible frase:
"como causa que había sucedido," es decir, que
la
locura había sido la causa ·
de sus errores.
(2)
(1) Conocidos en Chile con el nomhre de
niouas.
,
(2)
Sin embargo, cuando el inquisidor Amusqu'.bar tuvo mas tarde necesidad del
pincel de Moyen, le hizo trabajar algunos lienzos para él y para el arzobispo de
Lima,
8
egun
resulta
del mismo I'roceso.
Pareee que
este
clérigo, de quien daremos despues algunll8 noticias auténticiiB
y
otras
de tradicion, era aficionado a la pintura, pues cuando falleció en 1'1'63, dejó sesenta
y
naeve lienzos
y
láminaS) cuyo mérito no debia ser demasiado escaso, pues aun en ese
tiempo, en que se pagaba a los artistas el salario de un jornalero, fueron tasados en
1,9'16 ps. 3
l"l!.
Cuántos de estos serian obra del infeliz frances, a quien
si
no babia tenido
nada lnaterial qnP- confiscarle, se le confiscaba ahora su mente
y
su inspiracion!
Loe datoB anteriores constan de un espeoliente que encontramos en el archivo de la In·
qaisicion, depositado junto con el de losjesuitas, en buena
y
grata fraternidad. en uno
de los inmensos salones del convento de San .Agustin de Lima,
y
en tan gran nómero
(sobre todo los autos de
confocaCiondei
Santo Oficio
y
de
aáminiltracion
de
rentas
de les
jesuitas, testimonios los unos como los otros de un santo desinteres cristiano) que no va–
cilamos en deeu que los volúmenes que cubrian hasta
las
vigas el vastísimo aposentq
(especie de refectorio que ocu'¡>a todo el costado occidental del claustro, en los alta!)
no contendrian menos dll doscientos mil cuerpos de autos. El título del .relativo a.Amus–
quibar con el que tuvimos la rara fortuna de tropezar en aquel
mare maonun
de
perga–
mino, de polvo
y
de polilla era el
~igíliente:-..dutos
8obre
el
cumpli:niento
del
te•tanu.¡IJo