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A virtud de estos preceptos, tardó esta tmmitacion un espacio de Dos
A&OF:,
pues consta del· mismo proceso que el cornisaüo de Potosi solo lo devolvió a
Lima en abril de 1755! Verdad es que todo esto era. dirijido a protejer la
inocencia de los reos
y
evltar que fueran víctimas de la
cahmmia!
Por esta
misma razon las deelaracíones arrancadas en el tormento no tenian va]Q'r
ségun ya·vimos, si no eran
ratificadas votnntariamente
veinte
y
C11ai1'0
hora:
despues de haber sido descoyuntado en
la.~
correas del potro! Brutos infer–
nales! Con qué derecho os árrogábais la representacion de Dios1 (1)
El trámite subsigtúente era
la
publicacirm de TJrobanz.rts,
y
ésta solo se hizo
el 3 'de setiembre de 1755-, cuando Moyen llevaba ya corridos seis ru1os de
duro cautiverio,
y
se hizo aquella, dice la correspondiente dilijencia, "callados
los nombres
y
cognonombres
y
las otras circunstancias, por donde podría
venir en conocimiento de las personas de los testigos, segun
hs
ins.truccioneq
que le babia dejado en el valle
de
Majes, pat•tido de Arequipa,
el
eura de aquel iugar
don Melchor de Q.uirós;
y
la fama -pública conservada en
la
última ciudad, (segun datos
que nos comunicó un respetable vecino de ella en 18G•/} es que
la
vingüe fortuna de
los Quirós(uno de e.uyos miembro3 fué el eélebt·e doctor don Francisco dt: Paula, revo_
lucionario de 1812, otro, el jeneral don An><elmo. muerto en Yungai.
y pnr
í1ltimo el
célebre poeta cívico de Lima AT'jel
Qni~)
provenía o del enra, o del inquisidor, o de
ámbos, pues hai quienes decían _gne los Quirós podian llamal'Se con igual aereeho
Amusquibar, duda que ea. fácil es¡}licar.;;e al
qu~
recuerde lo que Juan
y
lnloa cuentan
de la manera de vivir del clero p eruano en esa época,
El inquisidor Amnsquibar murió el22 de abril de 17G3 y fué su albacea su eolega el
fecal
de la Inqnisícion J;.opez Grillo, como
él
lo babia sido del cura de Majes.
· To!Dllmos todas estas noticias (escépto las del enredo Quirós-Amusqníbár} del cuerpo
de autos ya citado, relal.ivo a la ejecncíon
clel
testamento de Amusquibar.
De propósito nos hemos abstenigo de tratar aquí el tema inagotable pero
repu~onnte
de las torturas del pudor por los inquisidores-T¡¡mer9sÓs de que estas
pajillas
pudie–
ran caer en manos inocentes, no h emos querido consignar én ellas los escándalos del
famoso beaterio de Cartajena
ni
los mas abominables de las monjas
y
frailes
d~tCorella,
pero loa qne q1riernn saber como los inqnisidore'l sabían convel'tir en
a~n·rallo
sus maz·
morras, lean a doñ Adolfo de Castl'o
HV;toria de lw
¡m>lMta.nteo,
páj.
295,
aljnmo
Mi–
guel de Monserrate, qne compara aquellos a los
viejM
d~ S>·.~a71a
y
a Simon de
V
alero
Tratados
ile
lps
papas,
a todos los que cita Torres de C-astilla
~T.
IIL páj 64). El último
refiere tambien la mnerte·dellnquisidor Lez.•eta, apnñaleado a los piés de su querida por
.nn
marido ultrajado.
·
(1) No eonsta del proeeso de Moyen que se le aplicara en ninguna oeasion el tormento,
aunque bien pudiera .deeiEse que éste lo tenia permanente con
ilUS
grillos,
8U
cáncer
y
su
got(WM'al.
En , enanto a las
'Orecaueione.~
para
protejer a losr.eos contra
!11
tortura.
UJla
de las cuales,
s~nn
apunta el señor Saavedrn, era
la
presencia del
re~~peetivo
diooe_
sano
del 'Teo
en
ta1
acto, véase al fin de este opúsculo el singular
ilocmnen.toYiJ.
citado
por
el
que el eabildo acleslfl&tlco de Santiago dió en
I S06
pod¡¡r amplio
a íos
mümaos
inquisida,·es
para que impnsiel>en en sn'nombre
y
a
m
libre albedrío
W8
io-1'11'1e;&lo~
que
quisiesen,
así como para
espedir .
sentencias definitivas.
etc.,
y
con
edii~
d6
sostituir,
Este estraordinnrio.y triste te.mmonio de barbarie inquisitorial existe en el archivo
del
escribano don Nicnnor
Yaneti,
en el volúmen correspondiente a los años·
1806-
1810,
de
los
instrumentos pÚ:blicos, del
escribano
don Nicolas Herrera.