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y estilos del Santo Oficio." Y esto llamaban, aquellos curiales atroces,

publi–

oacion

de prObanzas,

como si en la

prueba

testimonial,

única' que cabía en los'

procedimientos del Santo Oficio, los

testigos

no fueran la esencia de

la

prue

ba,·o legalmente hablando, la prueba

~mal

Signiéronse entonces

las

audiencias sobre las ratificaciones, que compren–

dían cuatrocientas pájinas en folio, lo que constituía justamente el doble del

espacio ocupado en los autos por las declllol'aciones prévia.s de la denuncia.

Celebráronse seis de aquellas audiencias con alguna continuidad, y

sin

embargo, empleóse en ello cerca de un año, pues

la

primera tuvo lugar el 3

de setiembre de 1755, como dijimos, y la sesta el 3 de junio del año subsi–

guiente.

Era causa principal para aquella lentitud el estado miserable del reo,

cada

día mas postrado por sus achaques, sus cadenas, la gangrena de sus heriqas,

y en especial, por su antigua enfermedad de epilepsia, que se agravaba

cada

día. En la segunda audiencia de ratificacion, que tuvo lugar el 11 de

se–

tiembre de 1755, y cuando había trascurrido una hora mas o menos de los

procedimientos (pues llevaba escrito el secretario un pliego del acta del día)

"habiéndole apuntado, dice el final de esta misma, el accidente de gota-coral

que padece, con efectos que declararon la indisposicion, cesó la audiencia

y

fué mandado volver a la cárcel"

Hubo de posponerse por este motivo la tercera sesion hasta el mes de febre–

ro del año venidero. Tuvo ésta, en efecto, lugar el día 12 de aquel mes; mas

-

cuando iba a celebrarse

la

cuarta, dos 'días mas tarde (el 14 de febrero),

aparece solo en el proceso esta nota marjinhl:-"No se le dió esta audiencia

porque avisó el alcaide estar el reo indispuesto con el accidente de gota-coral

que padece." ·

Era

esto porque

la

enfermedad fatal del infeliz l\Ioyen, jue antes era

solo un accidente de su sistema nervioso, habíase convertido ahora en

un

mal 'de terror. Cada vez que anunciaban

al

reo

la

presencia de sus jueces, el

~spíritu

y la carne sucumbían a su solo nombre!

·

Por último,

la

sesta audiencia, oéurrida el 3 de junio de 1756 "quedó sus–

pendida (dice la dilijeneia respectiva) por los urjentes embarazos del oficio

e

indisposicion

del señor inquisidor (An:.usquibar) y tambien por

indúpon–

cion del reo."

En

fin, el contajio de aquella agonía permanente influía ya como un castigo

en el humor del verdugo!

·

Despues de aquella audiencia en que el juez y el reo dejaron enfermos la

lóbrega sala donde tenían lugar aquellas abominaciones, hubo una pausa de

V.EINTIUN MESES!

. La

séptima audiencia tuvo lugar el18 de

fe~rero

de 1758!

Moyen entraba en el neveño año de su martirio, a virtud del

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p enal

de la lnquisicion!

·