Table of Contents Table of Contents
Previous Page  72 / 168 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 72 / 168 Next Page
Page Background

,.

66:-

Solo dice que sa-

r1laje

al reo

y

se entregue como convicto impenitente al

brazo

1

justicia

seglar.

tPor qué era esto1

Porque

la

Inquil!icion era etencialmente hipócrita desde que era esencial–

mente cruel

y

a-levosa. Sus inquil!idores, por lo comun, re"estian carácter

nas.

Pr•cuo

de

J,.an Sala&,

'Id

mpra."

(Esi& fué

el

mismo tormento aplicado a Antonro

Perez, secretario de Felipe IL)

Ahora ¡,qué dice

el

prebendado Saavedra ae estas

prdcticaa comtantu

y

auténtictU,

o

puestas a sus dulces teorias?-Oigámoslo.

"Qué uso, diee (páj.

66)

bi.zo

1a

Inquisicion

espall01a

de

1a

tortura? Oidlo, pobres

ilusos."

· 1.•

No

se

podia

imponer

tortura

siBo

por

delitos (es de

tk

fl

cir por

lo

único

que–

debe atormentarse

al

hombre.)

2.

0

"No se podia sentenciartormento sino estando

concluiáa la cama

y

hecha&

la&

de..

fema3

del

reo."

(El

fiscal

Grillo, pidiendo

el

torment& por Moyen antes de oirlo en

su

defensa contesta al eeñor prebendado.)

3.•

Para decretarlo se requería tener

~emí-plenapr-u«ja

del delito, preeedida de mala

fama. (Concedida-La

prueba

plenaria

la formaban

doa

tati~

annque fueran infames,

falsos, herejes,

ete.

Cuál

seria la

prueba

umi-pfenal)

4.• El

tormento se aplicabll a petieion del

fiscal,

y

no por

el

juicio de los

In~uisido­

res. (Convenido-Alguien lo babia de pedir-Queria

el

señor-prebendado que lo pidiese

el reo? I el fiscal no era tambien uno de los Inquisidores?)

11.

0

Se necesitaba la

unanimidad

de los Inquisldores. (Convenido. Pero ¿cuántos eran

éstos, jeneralmente

dos,

nunca mas de

tres,

muchas veees solo

un~)

6.•

Habia apolacion

cuando era justa?

¿Pero a quien se apelllba,

por

ejemplo, en

Li·

ma cuando

el

Inqnisidor de turno iba de mal hnmor a

las

cáteelee secretas

y

comenzaba

a hacer jugar

el

pc>Vo?

Se

apelaba

de

"Un Inquisidor a otro, de-

un

verdugo a otro ver–

dugo? Del1adron Unda alladroll Calderon?)

'l.•

Se dee1a

ai

reo

antes

de- atormentarlo la tnaieriá sobn

la

eual se trataba de

ator·

mentarlo-(Pero ya hemoa

visto

que esto aparecía prohibido por

el

art.

49

de laa

Ins–

trnccione~

de

1484.

¿Y cómo,

se

le

podia decir-lo qne

se

quería arrancar

al

reo

por el

dolor, cuando esto era precisamente lo que

no

&e

aabia?-Oid ilusoel La 16jiea de loe–

apolojistas de la Inquisicionl)

8.•

Cuando el reo negaba que no podía sufrir

el

torme-nto

H

le

daba

otro tormento mas

lij111·o.

(Por horrible, aceptado tambien.)

9.•

Pablo Ill mand6 que la tortura no durase

mas.

de

una hora

cuando Isabel de

Inglaterra la hacia durar

líora

y

media.

(Como el antel'ior aceptado tambien.

El

aefior

prebendado Saavedra segun se nos dice, pues no tenemos el honor de conocerle ni de

vista,

es robusto yj6ven,

y

como nosotros tambien lo somlls, nos permitiríamos hacerle

la siguiente indiscreta

pero

oportuna pregunta. ¿Por cuántos minutos, por cuántos

se–

gundos quería ensayar su eeiioría eJ

potro?)

10.

El obispo de la diócesis, estaba obligado a asistir a

la

tortura, con

loa

Inquisido–

res y los consultores para

moderar

&U

rigor-

(Lea el señor prebe-ndado en

el

Apéndice,

el

poder

judicial

amplísimo

dado

por

la

autoridad

diooesan~

de Santiago en

1806

a

la Inquisieion de Lima para aplicar

ad libitum

el torme-nto. ¡Cómo podia

por otra parle

en

ningun

caso

él

obispo de

Santiago,

ni

el

de

Buenos Aires, ni el de Chuquiiacs

asistir a

modncr el rigor

del to:tp1enw de sus feligreses en Lima?

Oíd ilmos!)

11.

No

seJ!Odia

atormentar siDo

tma

80l.J

tltz.

(Cierto que

aai

estaba mandado,

pereya

se

ha

visto como

con

una

peqmiitl.

prtcavcW!t

.se

podía

imponer veinte veees. ¡Y

CÓUID

si

er.a

así,

pedía Grillo que

se

repitiese

cuanto~ tite<~

fuae tUCesario?

Oid

ilmoal)