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Hacia por a.quellu:S
d.i:ts
tres aiiüs a que
Franci~co
Moyen h:
ü.ialle6r.tdo a
Potusf, jóven, festivo, batallador, lleno de talento e hirviendo en todas
la.o;
pasiones de la galanteria.
Er:1
entonces, segun
la
descripcion de sus propios
camaradas
(1)
"de proporcionada estatura, gordo, cari corto, de barba copiosa
y
negra, blanco, de nariz roma, lú.bios gruesos, ojos grandea, vivos
y
azules,
con una señal de cuchillada que le comprende toda la guinda hasta.)a es–
tremidad de la boca."
Pues bien: el hombre tras de cuyos vacilantes pasos se cerraban ahora
los cerrojos del Santo Oficio, era solo la sombra de aquel robusto jóven de
veintiocho aílos. Emasiado, c."l.davérico, "con el pelo teñido de canas," dice
la escasa filiacion que de él se apuntó en el proceso como partida de entrada,
}!oyen había vivido en
tr~s
años toda una. vida de dolor!
En
la
fue~za.
de
la
vida tenia ya todas las señales de una vejez nacida. en el doble tormento de
la carne y del espíritu, pues tales eran Jos inevitables frutos de la.
dulce
ln-
'JUÍsicion!
'
El encierro de Francisco 1\Ioyen en las cárceles de
la
Inquisicion de
Lima.
en el año tercero de su persecucion marca el punto medianero de esta. narra–
cían y de su proceso. Comienza éste en su forma plenaria. y dá cabida apro–
piada a los documentos característicos de su illstitnto.
Pero
~ntes
de condueiral. infeliz artista ante sus horribles jueces, será preciso
digamos quiénes eran éstos
cómo habían llegado a establecer su sólio en
la .América..
Y.
No hai lugar para contar en este opúsculo cómo
~e
fundó la l!lquisicion
espafiola; si fué por el fanatismo de la primera Isa.bel o por la. codicia. de su
esposo Fernando de Ara.gon, a quien "bastábale, segun un historiador, la..espe–
ranza de aumentar sus riquezas con la confiscacion";
(2)
ni nos cumple decir
su
dulzur:o,
era, a.demll8
9e dulce, eminentemente
eqzdtativo
.. Dos
bueyes para el inqui–
sidor con sus respectivos
lomos,
y
pa.."3
los presos
real
y
medio! ...
"¡.Ah!
escla.mael señor
Saavedra. Mucho se vanagloria el siglo
XIX
de
ba.ber
concebido
el
feliz pensamiento del
sistema penitlllciar:io, cuando
la.
Iglesia
lo concibió
y
realizó seiscientos
años antes! ..."
con
l.a.s
vacas,
se le olvidó decir al erudito apolojihta.
(1)
Primer denuncio de Soto en marzo de
1749.
(2) Sobre
sifué la
fé
el pret.esto,
y
el oro la verdailera causa del establecimiento de
la Inquisicion española, como lo fué la conquista de
b
.América (en cuya virtud se
trata hói de canonizar a Cristóbal Colon),
es
nn punto que para
nosotl"Oll está
resuelto
por
la historia. Es evidente que .Alfonso de Ojeda, prior de
los
domínicos de Sevilla,
y
Felipe de Berberís, inquisidor 4e Sicilia, aconsejaron
a
FerDDndo el Católico la crea–
cion del Santo Oficio
casi
esclusivamente contra los jndios que,
segun
un
erudito articu–
lista de la
Penny-Cyclopedia
(t.
16
páj.
40'i,
"eran considerados como los hombres
mas
ricos de España."
Por medio de
},¡S
restitucionc~
(las de lo; fonrlos
u~urpados
r or
lo&
.mhmos
inquisi-