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••

-55-

Hacia por a.quellu:S

d.i:ts

tres aiiüs a que

Franci~co

Moyen h:

ü.ia

lle6r.tdo a

Potusf, jóven, festivo, batallador, lleno de talento e hirviendo en todas

la.o;

pasiones de la galanteria.

Er:1

entonces, segun

la

descripcion de sus propios

camaradas

(1)

"de proporcionada estatura, gordo, cari corto, de barba copiosa

y

negra, blanco, de nariz roma, lú.bios gruesos, ojos grandea, vivos

y

azules,

con una señal de cuchillada que le comprende toda la guinda hasta.)a es–

tremidad de la boca."

Pues bien: el hombre tras de cuyos vacilantes pasos se cerraban ahora

los cerrojos del Santo Oficio, era solo la sombra de aquel robusto jóven de

veintiocho aílos. Emasiado, c."l.davérico, "con el pelo teñido de canas," dice

la escasa filiacion que de él se apuntó en el proceso como partida de entrada,

}!oyen había vivido en

tr~s

años toda una. vida de dolor!

En

la

fue~za.

de

la

vida tenia ya todas las señales de una vejez nacida. en el doble tormento de

la carne y del espíritu, pues tales eran Jos inevitables frutos de la.

dulce

ln-

'JUÍsicion!

'

El encierro de Francisco 1\Ioyen en las cárceles de

la

Inquisicion de

Lima.

en el año tercero de su persecucion marca el punto medianero de esta. narra–

cían y de su proceso. Comienza éste en su forma plenaria. y dá cabida apro–

piada a los documentos característicos de su illstitnto.

Pero

~ntes

de condueiral. infeliz artista ante sus horribles jueces, será preciso

digamos quiénes eran éstos

cómo habían llegado a establecer su sólio en

la .América..

Y.

No hai lugar para contar en este opúsculo cómo

~e

fundó la l!lquisicion

espafiola; si fué por el fanatismo de la primera Isa.bel o por la. codicia. de su

esposo Fernando de Ara.gon, a quien "bastábale, segun un historiador, la..espe–

ranza de aumentar sus riquezas con la confiscacion";

(2)

ni nos cumple decir

su

dulzur:o,

era, a.demll8

9e dulce, eminentemente

eqzdtativo

.. Dos

bueyes para el inqui–

sidor con sus respectivos

lomos,

y

pa.."3

los presos

real

y

medio! ...

"¡.Ah!

escla.ma

el señor

Saavedra. Mucho se vanagloria el siglo

XIX

de

ba.ber

concebido

el

feliz pensamiento del

sistema penitlllciar:io, cuando

la.

Iglesia

lo concibió

y

realizó seiscientos

años antes! ..."

con

l.a.s

vacas,

se le olvidó decir al erudito apolojihta.

(1)

Primer denuncio de Soto en marzo de

1749.

(2) Sobre

sifué la

el pret.esto,

y

el oro la verdailera causa del establecimiento de

la Inquisicion española, como lo fué la conquista de

b

.América (en cuya virtud se

trata hói de canonizar a Cristóbal Colon),

es

nn punto que para

nosotl"Oll está

resuelto

por

la historia. Es evidente que .Alfonso de Ojeda, prior de

los

domínicos de Sevilla,

y

Felipe de Berberís, inquisidor 4e Sicilia, aconsejaron

a

FerDDndo el Católico la crea–

cion del Santo Oficio

casi

esclusivamente contra los jndios que,

segun

un

erudito articu–

lista de la

Penny-Cyclopedia

(t.

16

páj.

40'i,

"eran considerados como los hombres

mas

ricos de España."

Por medio de

},¡S

restitucionc~

(las de lo; fonrlos

u~urpados

r or

lo&

.mhmos

inquisi-