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si por motivos de sa1ud
.D
porque protendicne sust.raer:.;o a lá porsecucivn d.,
la terrible Herniandad encargada de vijilar cada uuo de sus pasos. Pero es
lo cierto que habiéndose reclamado su presencia ·en Lima en el t..irmino
perentorio de dos meses, bajo
la
pena- de escomunion mayor a quien lo
estorbase, (1) mand6le prender allí por medio de su notario el comisario
del Cuzco, que lo era el chantre de su catedral don José .Alvarez de Adriasola,
"lo que se ejecutó, dice éste, puntuulmente en medio de
la
resistencia ql,le
hizo el reo amenazando c·on puñal a dicho notario." (2) Cuando los esbirros
del Santo Oficio se apoder:tron por la fuel'za de J.foyen, encontraron sobre
su persona un cuaderno m:tnuscrito de su letra con el siguiente titulo:
Filo–
sofia
de
Epitecto o el lng_tGiridiun¿.
Tres meses despues,_un fraile belemita que
11esidia en el Cuzco, llamado Juan de San Miguel,'escribia a su vez secreta–
mente a los inquisidores que Moyen insistia en sus.
doctrina~~
y
las esparcía
vergonzoso papel por "evitar el j:>Pligro de una sospecha
y
de
ht~
manera·la Inquisicion
l1a venido a
sel' una de las causas m(#$ cul/ivas de la triste
¡¡
larga clecaden.cia de lá. Espa–
na desde Felipe
ll.
("L'lrtp.tisit·ion a
été
aínsi une cle8 catl<!e8
le¡¡ plus acti·ves
ele
la
triste
et
l!YI!fJ?te
décadence
ile
l'
JJJ.pagt•e
dcpuis
PMlippe
IL")
''Todos se hacían perseguidores, esclama a
su
turno otro ll!Writor moderno
mas
dis–
tinguido. todavía (el HustreMic.helet-Guerres
de Réligíon,
páj. 19'4) para no ser perse–
guidos.
Ya
no les quedaba a los inquididores sino el quemarse
a sí
mismos. Faltaban
los juilios
y
los luteranos paro llls hogueras. La hambrienta Inquii!iaion se veia obligada
a buscarlos lejos,
állá
en los Pe.i,ses Bajos.
A
cada momento
llegaban a
Amberes denun-
cios
v~os.
De
dónde? De la .Andalucia, de la Inqui.sicion de Sevi:la.''
"
Pero volvieudo a nuestro Rl'Opio· suelo y contestando
al
beat{) Capefigue con el doctor
Egnña, q\Ie
no lo era menos, úebemos declarar que
la
e:iclamacion citada del ascétic<'
don Mariano se eneuentra
~crita
de
GU
puño
y
let;ra en
la
páj,
134
del ejemplar que
existe
e!J. su
Biblioteca de
la
<:lbra que hemos ya citado del doctor per,uano Bermudez y
cuyo titulo es
Tri~¿nfo
del Santo Oficioperllb!no.
Dicho libro
fué
encoJitratlo en 1839' entre
. los papeles de
la.
testamentaria. de don Francisco Valdivieso, por su hijo d.el mismo nom–
bre,
y
9bsequiado por ésté
:¡,[
seffor Bello,
y
quien a su vez lo regaló como una. preciosid1.1d
al
doctor Eg!lfía.
Maa
adelante ds.remos
maa
estensa cuenta. de
esta.
curiosidad inquisi–
torial,
;y
sentimos
U()
hacerlo deede luego de
la;
obra recien escrita. en
España.,
despues
de diez años de estudios asirluos, con el título de
:Historia
j~
de. loa
arcld'IJ03
de
Si·
ma~,
resúmen de
todas
las
ferocidades e infa.ruia.a del
Demonio4il Mediodía
{Felipe II,
héroe del señor Sáa.vedra), pE!ro cuya.
publi~on
ha. proluoido (a-virtud sin Guda. de
1~
hábitos de libertad del pensamiento que dejó arraigada
la
Inquisíciont) el lius:trado go–
bierno Ge Bravo
1\.l:in'ill~.
Se,<YUn
una..
correspondencia. de Madrid del 4 de a.bril último,
la
obra iba. a ser publicada en
.Bl"nSelu
o en .Alemania,
por
manera 11ue
la
proteccion de
la
lnquisicion a
las
let.-as no
'ho¡¡
IIIlvia.ráesta muestra. de su
libel'áiidad
I!IDo por via de
cont:ráboodo. Oht
lli
yt¡.fuera dGn MN'i=o de Egañá, com(} esélamlll'i& de
aqui
de Capefi–
gue.
¡Oh pa.lacif!go fars&nte ¡por qué,
si
la. razon del patriotismo de los españolea depen–
dió
de
la.
eWtencia. de
la.
Iriqüisícion C!mndo los conqtñBtaron los fmtteeses ¡por qué'
1
no lo atlibñis tambien
a-las
:lidia:!
de.
two,
alas
rifUL!
.(k
g~
a la
loleria real,
y
damas
~liU
e1paiwlas,
coetáneas- también con el Santo Oficio?
(1)
Carta del inquiaidor mayor don J.Ia.teC). de Amuzquib&r
al
oomiSa.rio de
Arequipa
de
14
de 11etiembFe de
1761.
(2)
Carta del
comisari~r
del (}uzco.a l011 inqul!!jdore&
~Lima,
fecha
tJ
de
octubre
de
1761.