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'

-50

l'nvia.rle;;:, para los efectu.;¡ de

la

prévia.

r:a1ijicacion de las proposict>mes,

la

primera copia del sumario.

En

consecuencia, solo cuando habia transcnnido

1m

año .cabal del atresto

de Moyen, vino a Slli!tanci:use el proceso, poniéndose en transparencia, pero

sin

la

menor noticia ni intervencion del :ceol lo que poclia llam&rse el cuerpo

t1el delito, es

decir,

las

proposiciones heréticas

del acusado;

-que

é:::te mismo·

ignoraba o no recordaba haber proferido.

En

los clias

9, 11

y

12

de mayo de

1850 ocupóse en efecto el Sl!dlto Tribunal de Lima en condensar las denun–

cias del proceso junto con los oficios acusadores de

su

comisarió en

el

Alto

Perú;

y

con el ausilio d-el alambique de la teolojia, esprimieron

aquellp~-ra­

ves

y

doctos varones no menQS de

C'ltm·enta

y

cuatro

proposiciones

lwr!lícas,

algunas de

las

q11e conocen ya nuestros lectores. y cuyo conjunto espondremos

mas adelante en su lenguaje propio, cuando hayamos entrado en la plenitud

del juicio.

.A

virtud, pues, de aquel Juicio previo, o como debiera ll:tmarse en

tétmi–

nos legales, de aquel prejuzgamiento. escandaloso, ejecutado en secreto, a

quinientas leguas de dio;tancia, sin notificacion alguna judicial, ni aviso, ni -

sostiene que solo a

la

Cruz en que murió Jesucristo,

-rida

nuestra., se debe adoraeion

y

no a las dema.s. que

ii

Maria

SShm.n

y

alos Santos no se deve adorar, sino solo venem¡;.

·q

es

incompatible

l;J.

ciencia infalible

de D• acerca

de la e.JOistenoia.

del

pecado

futuro,

con la li..-erta.d del lio111bre l'" pecar.

q

el Sacrificio de la. misa, Indulgencias, oraciones,

y dema.s obros

meritoria!~

no aprovechan ala3

Animas

del Pm:gatorio. q el Summo Pon–

tiiice no es cabessa. wüversal de

la

Igle~.

que no tiene facultad p•ligal'", y absolver. que

concedería. InJ.ulgencias, eauonisaria, y haría. qnanto ¡¡ele pidiese por el.

interez

del dine–

l1o. que el! licito al hombre

~ntenciado

a

muerte, ó constituido

en

pre,Sicion

a

morir,

quita.ne

lá vida por

&i

mismo. que la authoridad del Concilio gral, es fobre

la.

de el Pon·

ti:fice. que es ccssa. necia (hablando de los que se pierden

por

el!rencia de noticia del

l\Iesías} que fe condenen tantos,

p<

defecto de noticia del hijo de un C;upinte:ro.

y

otras

varias de confinant;e gravedad pronunciadas,

p'

un Fr:mze» llamado

])<l

Franco Moyen."

Est"'

enmneracion completa, como puede ver!ie,

el

cuadro de las herejias

~ue

hemos

!!elialado

y

venia profiriendo por todo

el

camino desde B-uenw .Aires

a.

Potosí el incauto

<

foyen,

y

nos

releva del

tra~jo

de

ir

esponiéndolas de una en

una.

Solo ht!.remos

una

observacion respecto de lo que

va

de tiempo

a

tiempo, a propósito

de

h&

herejias dichas en los

via.jés

en nueStra América por los forasteros.

• •

.El

saüor prebendado Saavedra cuenta, en efecW, en

la

páj. 33 de sn

Rá-pida

rdeada,

la .iguiente cnriosa

anécdota.

de

viaje: -"Lo;¡¡

descendientes

ue Lutero

han

heredado

_

<!'.!S

mismos brutales ¡¡entúnientoa eontra los e&tólicos. No hace mucho tiempo que en el

tren de

V

a.lparaiso venia un europeo

y

un cliileno que por su :figura po<!ia pasar por

.ingles o aleman. El estro.njero lo tom6 quizás por 1I1ID de esas nacion;!Jidades,

y

creyén–

dolo proteotante, le dijo:

que

odiillHJ,

a

log

¡:atólicos,

r¡ue.

de

bueOOl

gana los ma.taria a todos.

:El

j6ven cl.ñleno

le

advirti8

qu¡¡

!'!

~

c:t.t6lico,

y

el protestante repuso entonces:

.A

usted

perdonarinilá 'PÜla.

¡Asi pagan algunos a. Chile1>u jeneros¡¡, hospitalidad!"

Ahota

se nos ocurre

a.

nosotros preguntar, si el ca.rnfv'oro descendiente de.. Lutero, de

que nos

hali11. el

sei.ior Saavedm,

én

v-ea

de venir sentada en los mullidos cojines del

tren

de

Va.lp

~

httbiese montado-

la

mula de viaje de F1-ancisco Moyen ie6mo ht!.bria

librado en ma.nos

de

los

~túÜCIJ"i

inqui.sidores que diéró:n. cuenta del último? Qué

tal

hlln·la

sido

el

JlUflo

de:

Okil~ .