-
1-39-
el
~chá.ronse
tambien ·a los tizones en esta
ocasion,
:Segun en otra
parte
di·
jimos, los huesos del mercader santiaguino de que hemos dado cuenta en
el
-cuerpo de este opúsculo; (1)
y
que habia muerto en poder de
la
Inquiaicion,
l!Ín duda a influjo¡ del
dulce sistema ptnitencía:rio
inventado por aquella,
de
:Saavedra a Llorente, a Torres de Castilla y otros que traen innumerables
caaoa
de
e.tanaturaleza, segun
sé
ve por sus índices.
•
Por via de muestra únicamente copiamos el siguiente fragmento
de
la relacion
otioial
del famoso
auto de fé
de Logroño
(1610)
en que se quemaron seis brujas, conoeidu
t.al!ls porque mirándolas de co•tado
se
les divisaba un urpatito en el ojo izquierdo:–
"El demonio, dice la relacion citada, para propagar esta 11bominable secta,
se
aproY•
eha de los brujos mas ancianos, que se ocupan en ser maestros y enseñadores de ella,
y
a los que persuaden que sean brujos no los pueden llevar al aquelarre
Bin
que primero
eonsientao en ser brujos
y
prometan ell'eniego.
Y
habiendo consentido y prometidolo
así,
en una de las noches
que
bai aquel!lrre (rennion de brujoe) va la
persona
maestra
que lo1la convencido a que sea b.rujo, a su cama o parte donde está dormido, como doa
horas antes de media noche.
y
habiéndole primero despertado, le
unta
con una
agua
verdi;negra
y
hedionda las manos, sienes, pechos, partes vergonzosas
y
plantas de loa
piés,
y
luego le
11
eva consigo por el aire, sacándolos el demonio por las puertas o
ven–
tanas o por cualquier agujero o resquicio,
y
con grande velocidad llegan al aquelarre
y
campo diputado paTa las
jun'tas,
donde lo primero presenta el
brujo
antiguo al noYi–
c'io al demonio, que está seRtado en una silla. que unas veces pareee de oro
y
otra& de
madera negra, con gran tono, majestad
y
gravedad,
y
coa un rostro
muí
triste,
Ceo
y
airado,,.
,
En cuanto al
fruto
de las persecueiones de
1:1
Inquisícion contra los
broj011,
no
Caé
otro que el alcanzado sobre Jos
herejes
(la otra
~n
categoria de los reos del Santo
Oficio).- "Las hogueras de la Inquisicion, dice el autor de las
Persecuciona,
l
I,
paj.
431,
lejos de estirpar
]~que
no creian en el dogma católico, }()s convertía
en
adc>–
radores del diablo. La mania de la brujeria se desarrolló paralelamente
a
la Jnquisi–
<eion
y
el prestijio de ambas decayó paralelamente tambien."
(1)
Ya dijimos quesucompa.ñere eleclesiástieo (que babia muerto
añ()S
antes en
Sil
-claustro de Santiago) era eljesuita
J
pan
Fnncisco de filosa quien
se
le acusaha de
seguir
la
doctrina teolójica sobre la gracia que tan en voga babia puesto
su
propio cofrade el
jesuita español Miguel Molinos
en
su obra
G-uido.
Spil-i~uale
tlln
aplaudida
al
prilleipio
por los mismos Inquisidores. Su senteneia decia que se le condenaba "por hereje, ap6&.
tata, fautor
y
eneubridor de otroSI sectarios
y
eseomulgado de eseomunion mayor, y que
despues de leida dicha causa,
y
publicada su sentencia,
se
relaje la referida
estlltua
y
los huesos del mencionado reo en caso de haber sido habidos y 1lmumados de el
lugar
ne que se huiperen sepultado e'lftre los :fieles,
entregándose todo lo l!Spresado a
la
justicia
y
brruo:o secular para que
públicamente se
qumW.re."
En euauto a la notable sentencia del infeliz Velasce
la
transcribimos
integra
en
ee–
guida por el rencor ardiente que destila, apesar de haber rooaido sobre
un
muerto.
Dice así:
"Leyó
la
causa del segundo reo de los qne fueron relajados
en
estf\tua el doctor don
.Antonio de Vargas
y
.A.ramburu, Cathedratico de Institnta en esta real Univel'l'idad de
san
Marcos, abogal!o df'sta
Real
Audiencia
y
de presos deste Santo Oficio.
Fné este reo Jnan Francisco de Velasco, natural
y
vecino de la ciudad de Santiago
del reino de Chile, de estado
casado
y
de ejercicio mercader. Salió al auto en
estAtua,
porque habiéndose
emp~do
a.
seguir con él su canea.,
murió
f»'e&O
en l<U cáreelea
~
,w
del
Santo
:Ií-ihzmal,
y
despue! se continuó hasta
5ll
conclusion con
dt<j'MII(W
dt
,.
•