Table of Contents Table of Contents
Previous Page  113 / 168 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 113 / 168 Next Page
Page Background

-107-

.fanto mas

tenia

q_zte amenguar

y

decrecer el rigur

y

l,t

auturidail

y

el injlujtJ

de ag_u;ella institucion vetusta

y

sombria."

Durante el largo reinado de su sucesor Carlos IV (1788-1808) hallábase

ya en efecto tan decaida la prepotencia del Santo Oficio, que no se celebró

en toda esa época ningun auto público de fé;

y

esto a tal punto, que a

pe

s:1.r

de los esfuerzos que hizo el famoso cura de Esco don Miguel Solano, para

que le quemasen vivo, predicando por calles y plazas contra la simonía de

los clérigos y de los obispos, no pudo conseguirlo: tan desusada estaba

ya

la

hoguera.

Pu~ede

decirse en verdad que la Inquisicion murió

a.

las

puertas del siglo

en que vivimos, por lo que será preciso aguardar que acabe, y nosotros junto

con él, para celebrar, segun el ritual moderno, su respectivo

centenm-io.

Ya hemos visto, en efecto, cómo fué tratrado el hereje Stevenson en 1806,

a -consecuencia del denuncio del padre Bustamante sobre la virjcn del

Rosa–

rio. La condescendencia de los inquisidores había llegado por ese tiempo a

un grado tal de dulzura, que a fin de amonestar

al

hereje ingles, el fiscal le

convidó a almorzar

a.

su casa, y

allí,

entre suculentos guisos

y

el chocolate,

hicieron ambos las paces de Cristo. El mismo Stevenson cuenta que poco

mas tarde presenció un

auto privado

en

la

capilla de

la

Inquisicion, cuyos

penitenciados eran un clérigo mui compunjido y un hechicero, el último de

los cuales,

al

oír b relacion de los desatinos que se le achacaban (1) no fué

dueño de contener

la

risa, siguiéndole en ella todo el auditorio.-El sainete

había sustituido a la horrible trajedia de los siglos!

Con todo, hubo

autos

y

autillos privados

de fé hasta 1812, en que fué

penitenciado el célebre marino Urdaneja, por proposiciones heréticas y lectura

de los filósofos franceses (la gran herejía del siglo, desde Moyen al fabulista

Tomas de Iriarte y

al

literato-politico Martinez de la Rosa), y resultando

condenado a encierro, ayunos y oraciones en los Descalzos de Lima, armó

el penitenciado tal zalagarda con los frailes en la primera. noche de su espia-

{1) Para que se tenga una idea de la magrutud de é:;tos nos ba,;taria recordar alguno

de los que se atribuyeron a la célebre hechicera Anjela Carranza, penitenciada en 16'14

por la Inquisicion de Lima

y

la mas famosa de sus victimas f<Jmeninas despnes de 1-\

famesa Ana

o

Inés de Castro.

Segun

aquella impostora, especie de

endemoniada

como la Cármen Mariu,

o

de loca

como la

OMpa,

o

de aparecida eomo el

ánima

de

la a¡·tilleria

(1851), Jesucristo le hllbia

preguntado cierto dia cuántos puntos calmba su madre

(la

vítjen), porque él lo había

-olvidado; en otra ocasion, ella le había prestado sus propios zapatos a la reina del

ciclo; en otra víó ·a los diablos bailando en el infierno v&tidos de frailes domínicos,

y

en otra

Tez,

por último, habia parido ella

misma

unos perritos; hecho el último, por

cuya revelacion pedimos vénia al culto lector, aunque sobre si fné

o

no cierto, abriga–

mos algunos escrúpulos, porque hemos conocido un grave

y

honrado caballero de

San–

tiago, que juraba haber parido un

nido

de

cltercanu,

_de cuyo heebizo lo curó una

médica de ln Ligua,

y

cUJlndo ee le manifestaba duda, se enfurecía, como lo hacia

la

.Carranza cuando se negaban sus milagros.