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INQUISICIÓN
DE CHILE
reo
á
cierta persona: «¿.Qué dicen aquellos de la
Orden de los teatinos? Yo no la tengo por buena
sino por gran desatino, pues que por ella ha venido
á España tanto mal y tanto trabajo, y valiera más
que no se hobieran ordenado.» Y que comía y ce–
naba el reo dentro de una iglesia, teniendo casa
donde poderlo hacer; y que dió á cierta persona
una iglesia para que viviese en ella; y que comía
carnes en viernes y en vigilias, estando sano y
bueno, después de haber sido castigado por ello
entre las demás cosas por el dicho Obispo; y que
había mandado pregonar públicamente en cierta
ciudad de su gobernación que la india que sirvien–
do á uno se casase con un indio que sirviese á otro,
que no los dejasen vivir juntos, aunque estuviesen
casados en haz de la Sancta Madre Iglesia; y que
ningún indio se casase con una india de otro sin
su.licencia; y que era hechir.ero y juntaba en su
casa indias hechiceras y otras mujeres que lo eran,
para que le dijesen las cosas que había en España
y las que había en el Pirú y en otras partes.
«CONFESIÓN
DEL
REO.-Y respondiendo á la acusa–
ción, dijo que se refería al proceso que el Obispo
le había hecho, y no se acordaba haber cometido
delicto después acá, y que él no estaba bien peni–
tente, porque le prendieron por el rey y no por la
Inquisición , y se quejaba de que el Presidente y
Oidores de los Charcas no castigaban á los que le
habían preso por el Rey, pues él no le había deser–
vido; y que era verdad que hacía cierto ensalmo
sobre las heridas, andando en la guerra, no ha–
biendo cirujano q)le las curase, y dijo las palabras
de él, que no tienen cosa supersticiosa; y 'que cu-