CAP. X-SEGUNDO PROCESO DE AGUIRRE
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y habiendo hecho relación los médicos que le vi–
sitaban que estaba muy peligroso, lo mandaron
llevar los Inquisidores á casa de un familiar de la
Inquisición para que allí fuese curado, y se le dió
orden al dicho familiar que no le dejase comunicar
con ninguna persona, ni de palabra ni por escrito;
y sin tener con él audiencia de secreto y aviso de
cárcel, fué llevado á casa del dicho familiar á 19
de Julio de 1572. Desde este día no hay cosa nin–
guna escrita en el proceso ni se tuvo audiencia
con el reo, ni. consta en él cuando le volvieron á
la cárcel, hasta 24 de Abril de 1574.-,15 que dice
Arrieta que lo mandaron traer de las cárceles para
darle noticia cómo se le quería dar segunda pu–
blicación de testigos sobrevenidos, y así se le dió
de doce testigos y de algunas cosas que los demás
testigos añadieron á sus dichos.
«Los once testigos le testifican de que estando
en Chile había tenido preso á un clérigo cierto
tiempo y que no se había absuelto de la excomu–
nión en que había incurrido por razón de esto; que
había dicho y hecho decir misa á otro clérigo es–
tando impedido para la decir, por haber sacado
sangre á un hombre con quien había reñido; y
dice .un
~estigo
que se la había hecho decir dicien-
15 El padre Lozano en su
Histol"ia de la conquista del Paraguay,
libro IV, capítulos 8 y 9 afirma que por los años de 1573, Felipe II
quiso nombrar á Francisco de Aguirre gobernador de Chile, pero que
en esa fecha Aguirre era ya muerto. El señor Barros Arana dice
también equivocadamente: «en 1571, el arrogante capitán (Aguirre)
volvía de nuevo á Chile y se establecía modestamente en la ciudad
de La Serena»,..
Histo1·ia jeneral ele Chile,
t. II, pág. "183. Es tan
notable el libro del señor Bart•os Arana que conviene ir anotando
los errores que contiene, que, por supuesto, son inevitables en una
obra. de tan largo aliento.