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INQUISICIÓN DE CHILE
donde se hallaba, con tener ansimismo licencia de
Su Santidad para poderla comer.
«Después de esto, el Fiscal pidió por petición que
el proceso que se hizo por el Ordinario de los
Charcas se acumulase á éste, atento á que él se
pensaba aprovechar dél, porque la sentencia que
en él fué dada fué y es nula, injusta y muy agra–
viada y digna de revocar, así por haber apelado de
ella el Fiscal de la causa en tiempo y en forma y
conforme á derecho, como por otras muchas cau–
sas que por su parte se allegarían.
«En la prosecución de esta causa, los Inquisido–
res mandaron dar traslado de esta petición al di–
cho Francisco de Aguirre, y se le dió á su letrado,
que le estaba ya nombrado; y respondiendo á ella,
dijo que negaba haber cometido los delictos de
que era acusado, y que no era impenitente, ni
ficto, ni simulado confitente, antes había guarda–
do la sentencia que le fué dada y la había cumpli–
do) y que la apelación fué ninguna,1y cuando no
lo fuera, había quedado desierta, y la sentencia
pasado en autoridad de cosa juzgada; y que después
de ella, él no había cometido ningún delicto con–
tra nuestra santa fé católica de que debiese ser
punido ni casLigado, más de lo que tenía confesa–
do; y si algunos testigos decían contra él, serían
sus enemigos; y habiendo alegado éstas y otras
cosas en su descargo) concluyó para prueba junta–
mente con el Fiscal.
<<Los testigos se le dieron en publicación, que
fueron sesenta testigos
y
sólo dos de ellos están
ratificados, que estando como estaba el reo, nega-