EN LAS ISLAS FILIPINAS
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rielad de un tribunal de la Inquisición pudrá evitar–
los y ele Yanecerlos.
«La quillta, porque son tantos los jansenistas que
han entrado en el oriente y en la China poi' Poncli–
cheri, Bengala, :!vladras, Datavia y Malaca que só–
lo para este fin y para hacer cara á la herejía, se ne–
cesitaba en Manila la frente ieresistible ele un tan
respetable tri bu nal.
«Supuesta la necesidad del santo Tribunal de la
Inquisición en
Mat:~.ila,
sólo resta que allanae la difi–
cultad ele su formacióu y establecimiento, y aunque
estos dos puntos, como tan graves, se deben remi–
tir en todo al supremo juicio ele V. S.
l.,
para facili–
tarlos insinuaré alguna ' especies, con el debido res–
peto á un asunto ele un orden tan superior; y en primer
lugar, siendo la base fundamental de un tribunal tan
santo la integeidad, calidad, desipterés, literatura, ce–
lo, madurez y virtud experimentada de los sujetos que
deben formar un cuerpo tan respetable, y siendo
tan dificultoso por la distancia grande de cinco mil
leguas que hay desde Espana
á
Filipinas, se hallen
en· ella sugctos de este carácter que quieran sacrifi–
car su Yida siu inter0s algu110 y sólo por el celo ele
la conseryación y extensión ele la fe católica, parece
necesario un -arbitrio que, siendo Je la aprobación
de V. S.
J.,
Jo racililará todo .
«Este es, seflor, que habiendo eu las Islas Filipinas
cinco proYincias muy santas y muy numerosas ele
Santo Domingo, San Agustín calzados, y descalzos
de San Francisco y de la Compafliacle Jesús, y flo–
reciendo en ollas, como siempre han florecido, mu-=
chos sugetos de la mayor geavedad, calidad,
celo~