EN EL RÍO DE LA PLATA
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venir en los barcos
y
fragatas del trato, al precio jus–
to y ordinario ... »
Y para que hubiese siempre bienes de que pagar–
les sus sueldos, se obtuvo del Papa Urbano VIII que
ep cada una de las catedrales de Indias se suprimie–
se una canongía
y
sus frutos se aplicasen á ese ob–
jeto.
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No es, pu(3s, de extrañar que, amparados
y
favore–
cidos de esta manera los empleados del tribuoal, el
que podía tratase á toda costa de obtener , un título
cualquiera en la Inquisición, siendo tan considera–
ble por los años de 1672 el número de f.amiliares,
que en la_capital, donde debían ser sólG> doce según
su planta, se contaban más de cuarenta.
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Es verdad que al principio no se encontraron los
Inqu.isidores satisfechos de la .calidad de las perso–
nas que se ofrecían á servir los puestos, aún los de
más importancia, como ser calificadores
y
consul–
tores, porque,
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carecían ·de las letras suficientes, ó
eran de malas costumbres ó estaban casados con
mujeres cuya genealogía no era toda de cristianos
lir:npios. «Según los pocos cristianos viejos que acá
pasan, decía Ulloa
~n
' 1580, así letrados como de
otra gente, tenemos sospecha que el' que no pide
estas cosas no le debe de convenir.»
3
Cuando don Juan Ruiz de Prado practicó la visita
del Tribunal tuvo cnidadu de examinar las pruebas
de oficiales, comisario:;; y familiares, resultando que
muchos.nohabían rendido información
y
que otros
aparecían casados con cuarteronas, sin que faltase
1.
Ley
24,
tít.
XIX, lib.
1.
2.
Cada de Huerta Gutiérrcz y González Poveda de
27
de Mayo
de
1672.
·
3. C_arta de 8 de Abril.