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LA INQUISICIÓN
de la Santa Inquisición, entretanto que tuviesen y
sirviesen estos oficios, y les guarden y hagan guar–
dar las honras
y
exempciones que se guardan á los
oficiales de las Inquisiciones de estos reinos, por
razón de los dichos oficios, pena de la nuestra mer–
ced y de mil ducados para nuestra Cámara>>.
1
Al–
guno de los virreyes se .olvidó más tarde de esta dis–
posición y obtuvo que para un donativo contribuyese
con cierta suma uno de los inquisidores, lo que le
valió á éste una reprimenda del Consejo y una ad–
vertencia de que para lo futuro los ministros del tri–
bunal se abstuviesen de concurrir á semejantes do–
nativos.
Y no sólo se les eximia de pagar contribuciones
y se ordenaba que se les facilitase' buenos alojamien–
tos, sinó que también los carniceros de las ciuJades
donde residiesen los inquisidores ó sus ministros,
debían suministrarles gratis la carne que hubiesen
menester para el consumo de sus casas, privilegio
que el fundador del tribunal exigió de los carnice–
ros de Lima inmediatamente de llegar, y que se re–
glamentó más tarde, mandando el Rey que ele las
reses que se matasen para el abasto común se su–
ministrasen á los inquisidores y ministros los des–
pojos de diez, «con lomos de ellas», lo cual se les
debía. dar por sus precios, como los demás, «sin dar
Jugar á que sus criados tomen Jos despojos para re–
venderlos.»
2
Debía suministrárseles también lo que hubjesen
menester «de todo género de mantenimientos y ma–
teriales de clavazón, cal y demás cosas que suelen
1.
Ley
2,
tít.
XIX, lib.
1
de las de Indias.
2.
Ley 3o,
tit.
XIX. lib.
1
de las de Indias.