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LA
I~QUISICIÓN
Llevado, pues, con grillos
á
la ciudad de la Plata
se le tuvo allí preso mientras se tramüaba el res pec–
tivo expediente. Pero pasaban los dias y los meses
y
la resolución del negocio no llegaba. La verdad
era que concurríal'l para esto causas polítiéas, por
cierto del todo ajenas al ·negocio de inquisición. Los
miembros de la Audiencia ele la Plata, diYididos ya
desde un principiG en dos bandos por lo tocante
á
las cosas ele Agui'rre, con la presencia de éste so
exaltaron aún más. El Presidente y el Licenciado
Haro tornaron con empeño combatirle por todos los
. medios á su alcance, al paso que el
o~dorJ
uan de Ma–
tienzo1 daba una ele sus hijas en matrimonio al hijo
mayor ele Aguirre y emparentándose con él, se ha–
cía su más decidido valedor. Intrigas van y Yienen
de una parte
y
de otra; auséntase á Lima el Obispo
encargado ele sente nciar
el
proceso; ·y, al fin, todo
contribuye
á
que, como se expresaba Aguirre con
profunda y legHima amargura, «pensando yo que
a.q uello se acabara ·en u-na hora, me hicieron dete–
ner cerca de tres años y gastar más de treinta mil
que en aquella ápoca pudo examinad o, hizo de él un extracto, que
es el que hemos utilizado en el texto.
1.
El
licenciado don Juan 1\latienzo de Peralta, después de
haber sido relator de la Chancillería de Valladolid, sin·ió en Amé–
rica en las Audiencias de Charcas
y
Lima. Pué autor de un volumi–
noso libro en folio intitulado
Commentariol in hbrum quwlum
1·e–
coilecti01ns legum Ilispaniae,
del' cual conocemos dos ediciones.
IJ.echas en 1S97
y
I6I3,
obra que fué muy citada durante la colonia .
entre .otms, por el fam oso Juan de Solórzano Percira en su
J)o/ili–
ca i11diana.
Véase para más datos acerca de i\latienzo
y
sus obras
el tomo I de nuestra
Biblioleca hispano-americana.
Además de
la que casó con Aguirre. i\latienzo tu\·o c-tra hija,
doña Catalina, que se unió al general don Juan Sedano de H.h·era,
conquistador de los Chichas. Véase i\lendihuru,
nicci!Jnario
lzis/rj-
1'ico-biogrdjico del
Pení.