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LA INQUISICIÓN
· hicieron delitos de muertes
y
robos
y
usurparon
vuestra jurisdicción real.))r
Julián rvrartinez, el clérigo
y
vicario á quien
Aguirre viene refiriéndose, dando cuenta del suce–
so de la prisión, eseribia., por su parle, al Cardenal
Espinosa, inquisidor general, estas palabras: «yo fui
por vicario ge11eral ele las provincias de Tucumán,
Diaguit.asy Xuries, donde Dios, nuestro señor, ayu–
dándome, procedí contra Franci sco do Aguirro, go–
bemaclor ele las dichas provincias,
y
contra su hijo
Hernando de Aguirre, por vía de inquisición,
y
los
truje presos con mucho trabajo
y
peligro de mi por–
sona
y
de los que me ayudaron,
y
los. entregué en
la ciudad de la Plata al Obispo, mi seüor, donde han
pasado
y
dicho
y
hecho muchas desvergüenzas
y
atrevimientos qu e no se acabaran de decir en mu–
cho tiempo.>>2
Junto con esta noticia, lVIartinez enviaba al In–
quisidor copia de las principales proposiciones ele
que, tanto el reo
COt110
uno ele sus hijos, eran acusa–
dos, las cuales según él, pasaban do noventa.
Los más notables capítulos do acusación for.mu–
lados contra el fundador ele la Serena
y
conquista–
dor de Chile, eran:
Que con sólo la fé se pen saba sa.lYar; que no so
había. ele tener pena por no
oü~
misa, pues bastaba la
r. En la carta citarla dirigida al Virrey Toledo, hablando sobre
este mismo asunto, dice Aguirre: «Robaron me a mi y
á
mis hijos
y
criad os cuanto teníamos
y
quitaron al verdadero l'icario y pusieron
tiránicamente
á
otro que se dice Julián Martinez, hombre que ya
otra vez había revuelto aquella misma tierra,
y
procedió contra mí
por la Inquisición, andando con quince arcabuceros de casa en casa,
preguntando por un
interrogatorio á los testigos que me habían
prendido y . ido mis enemigos.»
Carta cilada.
2. Carta de23 de diciembre de r:'G¡.