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LA INQUISICIÓN
guin,)) á quien los conjurados habían nombrado por
su jefe, prendieron
á
Aguirre,
á
sus hijos y amigos,
desarmaron á los demás que se mostraban ele su
parte, autorizando su proceder con decir que conta–
ban para ello con un mandamiento del Presider:1te de
Los Charcas,
1
y así presqs, los llevaron á Santiago
clél Estero.
Bien pronto comprendieron los sublevados que la
permanencia de Aguirre y sus parciales dentro de
su gobernación ·no podía continuar, ya que de ese
modo se vedan forzados á vivir en perpéLua alarma,
temerosos de la reacción que llegara efectuarse en
su favor. Determinaron, pues, salir de al lí en di–
rección
á
Esteco, llevando siempre presos y con gri–
llos á Aguirre y á sus hijos, resolviendo un di ama–
tarlos y otros nó, hasta que al fin, dice Agnirre, ccfué
Dios servido que acordaron concertarse con un clé–
rigo que había sido en
la
consulta, 6 hicióronle elfos
mesmos de vicario
y
dijéronle que procediese contra
mí por la Inquisición, y ellos fueron los testigos y
el clérigo el juez,
y
con esto les pareció que podían
enviarme
á
esta Audiencia de los Charcas ... ))
2
«Los que han delinquido contra VuesLra Majestad,
continúa Aguirre, no sólo se van sin castigo, pero
1.
uMe prendieron
á
mi y
á
mis hijos y amigos, contaba después
Aguirre,
y
echáronme unos grillos como
á
traidor
y
me hicieron
mil oprobios. Preguntandoles yo que por qué y por cuyo mandado,
dij eron que el Presidente se los había mandado; y viendo que en
decir esto habían errado, dijeron de ahí
á
poco ralo que por la In–
quisición, sin haber tal mandamiento de hombre humano, ni alin
pensamiento dello, sinó que lo debían tener urdido y tramado con
un clérigo que trajeron, que pretendía ser vicario por una pro\'isión
del Obispo, que tenia revocada y dada la provisión
á
otro, porque
yo no quise admitirle á él sinó
á
un Payán, que tenia nueva provi–
sión. u
Carta cilad.a al l'irrcy Tolcdu.
2.
En la relación de estos sucesos hemos seguido el texto de una