E~
EL RÍO DE LA PLATA
19
noventa
y
siete; de los cuales, remitidos que fueron
al Tribunal, mandáronse luego suspender tres
y
ar–
·Chivar los demás, por si alguno de los reos tornase á
reincidir
«y
para los demás efectos, como es estilo
del Santo Oficio.)>
Con ocasión de estos procesos, el secretario del
Tribunal, Eusebio ele Arrieta, afirmaba que se ha–
bían seguido «como e.ntre compadres
y
mal sustan–
ciados, »
y
el fiscal Alcedo, días después ele su llega–
da á Lima escribía estas palabras al Consejo del
Santo Oficio: «Según hasta aquí se ha entendido
y
se va entendi endo cada día más, no faltaba que ha–
cer por acá, que el distrito es largo
y
las gentes han
vivido
y
Yiven libremente;
y
el castigo de los Ordi–
narios hasta aquí ha sido muy entre compadres, ha–
ciéndo muchos casos ele
inqni~ición
que no lo eran,
y
los que lo eran se soldaban con un pocQ ele acei–
te. »1
En las páginas precedentes sólo hemos qu-erido
presentar una idea de lo que fué la Inquisiéióri ordi–
naria en América, reservándonos relatar su histo–
ria más por extenso con nuevos detalles
y
documen–
tos en un estudio por separado que nos proponemos
darpronto
~luz.
1.
Carta de
3r
de enero de 1S70.