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LA INQUISICIÓN
Los obispos y süs vicarios, en su carácter de in–
quisidores ordinarios, sin embargo, habían fulmina–
do y seguínn tramitando algunos procesos, y en
verdad que su número no era eseaso .
.De los
.POCOS
documentos referentes á esta mate–
ria que nos han quedado de aquella época, podemos
sin embargo, apuntar· algunos antecedentes intere–
santes.
Del
Libro Primero del Cabildo de Lima
consta
que ya en la sesión de 23 ele octubre ele 1539, fué
presentado á la corporación «Un mandamiento del
seiíor obispo en que manda que se le dé el proceso
que fné presentado contra el capitán Meréad1llo,
porque lo quiero yer p<'lra conocer de ciertos delitos
é blasfemias que cometió
é
dixo contra Dios, nues–
tro seüor, é su bencl ita Madre, como inqt¡jsidor, y
pidió f'e lo entreguen, que él lo volveria.-Los di–
chos señores, visto que hay algunas cosas en él que
tocan al Santo Oficio, mandaron á mí
el
escribano lo
dé al dicho señor obispo para que lo vea.J)
1
El 15 de mayo de ese mismo año de 1539, vernos
también que en el Cuzco, durante la misa mayor, el
provincia} de los dominicos Fr. Gaspar ele Carvajal,
«inquisidor por el muy reverendo y muy magnifico
señor don Fr. Vicente de Valverde, primer obispo
elestos reinos, subió al púlpito y después ele acabado
su sermón, dijo: «esperen un poco))' y lo que dijo
es:-
«El Obispo me
e.scrib.ió del Cuzco porque le ha–
bían · dicho quel señor don Alonso Enríquez había
sido mucha parte y ca.bsa para los escándalos y di-
I.
Tomamos esta noticia de la traducción del
Lib1·o
1 del
Cabildo
de Lima
que hizo nuestro amigo don Enrique Torres Saldaman–
do Y que bondadosamente se sirvió facilitarnos.